Maialen Chourraut ya tiene el pleno de medallas

«Yo tenía un objetivo en Tokio. Que se viera una Maialen competitiva, una Maialen rápida. Pero también tenía un sueño, ganar una medalla». El objetivo y el sueño de Maialen Chourraut se unieron en el canal de Kasai para sumar su tercera medalla olímpica histórica. Ya tiene el pleno. El oro de Río 2016, la plata de hoy en Tokio y el bronce de Londres 2012. Que la guipuzcoana de Lasarte-Oria era una competidora excepcional estaba más que probado, solo hay que mirar su palmarés. Pero lo que logró ayer Maialen es el triunfo de la ambición, del deseo y del corazón, sobre todo corazón. Ante rivales como Ricarda Funk y Jessica Fox, de quienes dice Maialen que «van tan rápido que se acercan a los tiempos de los chicos», se ha colocado entre ambas. Y aunque ya tiene 38 años y sus compañeras de podio una década menos, cuando se coloca en el inicio del descenso y pone la vista en el fondo, con todo el recorrido y los movimientos grabados en la cabeza, nada ni nadie le detiene.

Maialen y su entrenador y marido, Xabi Etxan iz, tenían un plan de viaje muy claro desde Río hasta Tokio. Había que dosificar y más con un año extra por la pandemia. No se trataba de gastar fuerzas por el camino, se trataba de llegar a Tokio en el mejor momento de forma posible. Maialen ha trabajado mucho y muy duro estos cinco años, superando problemas que van desde lesiones hasta el cambio de reglamentación que le obligó a cambiar de piragua y le trajo de cabeza hasta inicios de 2021. Por eso, para una deportista del máximo nivel que ha sido madre, ha sufrido contratiempos físicos y tiene 38 años, el plan de ruta hacia la final de Tokio apuntaba a gestionar esfuerzos y ser competitiva ante las mejores en el día D.

[La familia y el hogar, la fuerza de las paladas de la plata de Maialen Chourraut]

Tras ser séptima en semifinales, Xabi le había hecho un gesto de aprobación a su mujer. Había que hacer una buena navegación, pero sin gastar todas las balas. Todo estaba en orden y había llegado el momento de darlo todo. Ahí se vio a la gran Maialen, a la de movimientos contundentes, ágiles, para pasar las puertas. Su primera parte no fue destacada, la segunda sensacional, arriesgando al máximo en las últimas puertas porque sabía que el premio esperaba en la meta. Mejor tiempo.

Pero quedaban seis rivales, un mundo. Mientras Maialen esperaba en la zona reservada a los tres mejores tiempos con el monitor de televisión delante, comenzaba el desfile de rivales. La británica Kimberley Woods se atasca con la quinta de las 25 puertas del descenso de Kasai y ya no cuenta para el podio. Quedan cinco. Luuka Jones toca un par de puertas y se desconcentra por completo. Eliminada. Quedan cuatro. La italiana Horn aprieta al máximo en el tramo final pero se queda a 30 centésimas. Quedan las tres mejores semifinalistas. Con que fallara una, el podio era suyo.

Ricarda Funk , una de las favoritas, es una máquina que se asegura un tiempo que le dará el oro. Faltan dos. Eliska Mintalova sale muy bien y sus dos primeros parciales son mejores, pero las cosas se le complican en las puertas finales y no puede con Maialen. El bronce está asegurado y mientras Maialen se lleva las manos a la cara, Xabi Etxaniz irrumpe en la zona acotada para abrazar a su mujer. Quedaba la australiana Fox, la gran favorita. Sin embargo, la presión a la que le sometió Funk con su tiempo jugó en favor de Maialen. Fox falló y la plata era para la guipuzcoana, ese trío de medallas de enorme valor para el deporte español. Tras la emoción del podio, el gesto. Maialen se bajó la mascarilla al pasar junto a la cámara, mandó besos y dijo: ‘Para ti, Ane». Su ama ya le lleva una medalla de plata para San Sebastián.