Juan José Padilla, en una larga cambiada de rodillas
Juan José Padilla, en una larga cambiada de rodillas - Efe

Entrega de Padilla y oficio de Adame en Bilbao

Ambos matadores cortan una oreja a mansos manejables del Puerto de San Lorenzo

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Primera corrida de toros dentro de las Generales de Bilbao. Las reses del Puerto de San Lorenzo mansean pero –salvo segundo y tercero– son muy manejables. Padilla y Adame cortan cada uno un trofeo.

El amor a la patria chica es santo y bueno si no degenera en paletería y si va unido a la autoexigencia. No son sospechosos los bilbaínos de no amar a su tierra. En los últimos años, la ciudad ha mejorado muchísimo. En lo taurino, aquí se cuidan con esmero todos los detalles, desde los carteles hasta el solemne apartado y la hermosa música. Esta Feria es para mí, sin duda, una de las tres más grandes, junto a Sevilla y Madrid. Es, además, una de las más equilibradas, con seriedad pero sin excesos rigoristas. El reto actual es mantener la asistencia de público, puesta en peligro, últimamente, por la crisis económica.

La lechuza era el símbolo de la sabiduría (Ortega coleccionaba figuritas de lechuzas, en la Revista de Occidente): al primero, «Lechucito» parece que le han enseñado a embestir bien. Padilla sí es sabio en recursos para ganarse al público, con banderillas vistosas y muletazos mandones, corriendo la mano, hasta que el toro se va a tablas. Mata a la segunda y saluda. Recibe con largas de rodillas al cuarto, que sale suelto. «Joyito» no es una joya, sino un manso rajadito, manejable, que se rompe en el peto la vaina del pitón derecho. Juan José alegra al personal con los palos pero el tercio resulta premioso. En la muleta, el toro se mueve bien. Padilla le planta cara, con agallas y profesionalidad, acaba metiéndolo en el canasto. Mata con decisión: oreja. Ha tenido el mejor lote y el público ha agradecido su entrega.

Joselito Adame está encadenando éxitos en los ruedos españoles, por su gran oficio. Mansea mucho el segundo, echa las manos por delante, huye de los caballos, se para. Este «Violetero» me recuerda el precioso cuplé de Padilla (al que plagió Chaplin): «que no vale ni un real...» Como huye de todo, Joselito lo sujeta, doblándose por bajo, y le saca algunos muletazos, con más mérito que lucimiento, hasta que el toro dice nones y huye a tablas. Se lo quita de encima a la segunda. Embiste con docilidad el quinto; como flaquea, le mide el castigo Óscar Bernal. Con facilidad, Adame traza muletazos mandones, templados. Una faena de buen profesional, rematada con un espadazo en la suerte de recibir, de efecto fulminante: oreja. Hace bien el presidente en no conceder la segunda: este «Cantinillo» permitía el cante chico, no el grande.

Juan del Álamo lleva años apuntando cualidades y cortando trofeos pero le sigue faltando un éxito rotundo. Recibe de rodillas al tercero, abanto y flojo, llamado «Pitito» (como el nombre burlesco que da Valle-Inclán a un capitán, en «Luces de bohemia»). Brinda por la tele –me dicen– al herido Roca Rey. El toro se mueve pero sin ninguna clase. Pasa Juan un momento de apuro cuando el toro le pisa; le arranca algunos buenos naturales, que el toro toma a regañadientes. Se justifica con un trasteo prolongado, repitiendo los circulares invertidos. El último pega arreones, regatea al caballo pero luego saca buen fondo. Liga el diestro derechazos de mano baja, con decisión y estilo, pero llega un desarme (el toro se queda la muleta como una bufanda), la faena no cuaja y mata mal.

No nos hemos librado de demasiadas chicuelinas, manoletinas, circulares invertidos... Más de dos horas y media de festejo es excesivo: en cualquier espectáculo, es esencial el sentido de la medida.

Postdata. La cornada no le llegó a Roca Rey –como muchos vaticinaban– en uno de sus espectaculares alardes sino dando un pase natural, cuando el toro se le quedó debajo y el diestro no se movió. Una vez más, queda claro lo que es más peligroso y más valioso: la verónica, el natural y la estocada. Es decir, el fundamento permanente de la Tauromaquia clásica.

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Sexto toro

Sale el sexto, Cigarro, nº 76, 586 kilos, negro bragado. Otro manso manejable este toro, que le arranca la muleta y se le queda a modo de collar-bufanda. Ese desarme baja la intensidad de la faena de Juan del Álamo, que hace un trasteo voluntarioso con algunos muletazos buenos. De nuevo alarga en exceso y suena un aviso antes de entrar a matar. Tres pinchazos y estocada. Dos avisos. Palmas de despedida.

Quinto toro

Sale el quinto, Cantinillo, nº 19, 588 kilos, negro. El toro, sin andar sobrado de fuerzas, tiene clase en su embestida. Joselito Adame se dobla con el manejable toro, con calidad y que se deja, y lo templa sobre la derecha en la primera serie. Faena profesional. Estocada en la suerte de recibir. Oreja con petición de otra.

Cuarto toro

Sale el cuarto, Joyito, nº 120, 601 kilos, negro. Padilla está muy voluntarioso con un manso noble, al que recibe con largas de rodillas y lo mete luego en la muleta. Estocada tendida trasera y dos descabellos. Oreja. Aplauden al toro.

Tercer toro

Sale el tercero, Pitito, nº 22, 550 kilos, negro. Juan del Álamo brinda a Andrés Roca Rey, convaleciente por su percance en Málaga. Es mansote y cabecea por su justeza de fuerzas. Se defiende. Álamo, que sufre un tremendo pisotón del toro, que le dobla prácticamente el tobillo, cuando torea sobre la derecha. El salmantino lo intenta con disposición en una faena muy larga pero sin especial brillo. Acaba con un arrimón y un desplante a cuerpo limpio. Estocada atravesada. Aviso. Saludos. Pitos al toro.

Segundo toro

Sale el segundo, Violetero, nº 48, 565 kilos, negro. No tiene nada que ver con su anterior hermano, mansea y embiste desigual, con dificultades. Joselito Adame tiró de oficio y técnica, pero no hay opciones de más. Pinchazo, estocada y tres descabellos. Silencio y pitos al toro.

Primer toro

Sale el primero, Lechucito, nº 25, 591 kilos, negro. Adame hace un buen quite por chicuelinas. Padilla cuaja un buen tercio de banderillas, con algún momento de apuro, y brinda al público este buen toro del Puerto. Se dobla con Lechucito, que embiste con mucha clase y ritmo. Se mueve y transmite el animal. Cuando cogió la izquierda, el toro quiso rajarse en una faena sin especial relieve. Pinchazo y estocada desprendida. Saludos. Gran ovación al toro.

Paseíllo

Con alrededor de media entrada, hacen el paseíllo Padilla, de azul marino y oro; Adame, de nazareno y oro, y Álamo, de blanco y plata.

Sorteo

Esta mañana se enchiqueraron los seis toros de la divisa salmantina, cuyos pesos oscilan entre los 550 y los 601 kilos.

Cartel

¡Buenas tardes! Bienvenidos al tercer festejo de las Corridas Generales de Bilbao. Se anuncian toros del Puerto para Juan José Padilla, Juan del Álamo y Joselito Adame.

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Esta mañana han sido enchiquerados los toros del Puerto de San Lorenzo que se lidiarán esta tarde en las Corridas Generales por Juan José Padilla, Juan del Álamo y Joselito Adame.

El orden de lidia es el siguiente, según recoge «Aplausos»:

1º) Lechucito, nº 25, 591 kilos, negro, nacido en 10/11.

2º) Violetero, nº 48, 565 kilos, negro, nacido en 10/11.

3º) Pititio, nº 22, 550 kilos, negro, nacido en 10/11.

4º) Joyito, nº 120, 601 kilos, negro, nacido en 02/12.

5º) Cantinillo, nº 19, 588 kilos, negro, nacido en 10/11.

6º) Cigarro, nº 76, 586 kilos, negro bragado, nacido en 12/11.

Los sobreros pertenecen al hierro titular:

1º) Pelotito, nº 101, 554 kilos, negro, nacido en 01/11.

2º) Billetito, nº 79, 579 kilos, negro, nacido en 01/12.

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