Momento de la representación de «Fuenteovejuna»
Momento de la representación de «Fuenteovejuna» - FESTIVAL DE ALMAGRO

Una «Fuenteovejuna» popular y vecinal levanta el telón del Festival de Teatro Clásico de Almagro

Ciento cincuenta habitantes de la localidad cordobesa de "Fuente Obejuna" representaron por primera vez fuera de su pueblo la obra de Lope

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Nunca uno de los gritos más populares de la historia del teatro español -¡Fuenteovejuna, Señor!- sonó tan sincero como la noche del jueves, en la Plaza Mayor de Almagro. Allí, la palabra de Lope de Vega se encarnó en las voces de ciento cincuenta vecinos de la localidad cordobesa de Fuente Obejuna, que por primera vez llevaban fuera de sus calles una representación que se celebra periódicamente desde 1992. Lo hacían, además, en Almagro, donde autores como Calderón o el propio Fénix de los ingenios son hijos adoptivos.

El teatro ha unido a los dos pueblos, que horas antes de la representación sellaron su hermanamiento en el Ayuntamiento de Almagro. Horas más tarde, en la emblemática Plaza Mayor de esta última localidad, y resonantes todavía los aplausos del homenaje a José Luis Gómez en el Corral de Comedias, ciento cincuenta vecinos de Fuente Obejuna se sometían al juicio de sus hermanos almagreños.

Almagro vive estos días una gran fiesta teatral, con todos sus rincones convertidos en escenario. Y la representación de «Fuenteovejuna» fue la madre de todas las fiestas. Miles de personas de todas las edades abarrotaban la plaza; las galerías de viviendas recobraron su función original y se transformaron en privilegiados palcos desde los que seguir la representación.

Poco a poco, las voces de los actores se fueron imponiendo al bullicio inicial; si en los alrededores del escenario los intérpretes que esperaban su turno para subir al escenario chistaban para reclamar silencio a los espectadores cercanos, conforme avanzaban las escenas el silencio entre el público se iba incrementando.

La tradición de esta representación de la obra de Lope de Vega a cargo de los vecinos de Fuente Obejuna, la localidad cordobesa donde ocurrieron los hechos que inspiraron a su autor una de sus grandes creaciones, data de 1992. Antes se habían llevado a cabo en el pueblo puestas de escena a cargo de actores y directores profesionales, en las que los vecinos participaban como figuración. Desde hace algo más de veinte años, el Ayuntamiento de Fuente Obejuna organiza una representación popular en la que sus propios habitantes encarnan los distintos personajes. A Laurencia, por ejemplo, la encarna Ana Molina, una arquitecta de 33 años que lleva participando en estas funciones desde que era niña; Francisco Manuel Osuna, pertenece a la oficina de Turismo del Ayuntamiento. Y también trabaja en las oficinas municipales, como técnico en la concejalía de Cultura, el director de la función, Ángel Luis Martín. Y ayer no se subió al escenario, pero la alcaldesa de Fuente Obejuna, Silvia Mellado, encarnó hace once años a Laurencia.

Pocas obras reflejan la fuerza de la unión y la solidaridad, capaz de vencer a cualquier tiranía, como «Fuenteovejuna», escrita por Lope de Vega alrededor de 1613, y que relataba unos hechos ocurridos durante la época de los Reyes Católicos.

Por primera vez, los habitantes de la localidad cordobesa interpretaban los maravillosos versos de Lope de Vega sin el calor de sus vecinos (aunque calor, tanto físico como afectuoso, no les faltó). Con una versión limpiamente recortada del texto original (que permite seguir perfectamente el relato) y una impresionante y desacomplejada escenografía, en la que aparecen incluso dos caballos, los mellarienses dictan una lección de dignidad, con un texto verdaderamente complicado, que saben sacar adelante con una seriedad profesional. Se trata de una función entretenida, dinámica, seguida con atención e interés por el público de Almagro, en una singular y brillante inauguración del Festival de teatro clásico.

Gómez y D'Odorico

Como prólogo, se rindió homenaje al actor José Luis Gómez y al escenógrafo y productor Andrea D'Odorico, recientemente desaparecido. La figura y la obra de este arquitecto italiano, que abrió en la España de los setenta nuevas vías a la escenografía, es objeto de una exposición en el Museo del Encaje y de la Blonda; allí se muestran dibujos (muchos de ellos exquisitos) y maquetas de sus trabajos: desde «Macbeth» a «El si de las niñas», pasando por «Marat Sade»,«El sueño de una noche de verano» o «La cena de los generales».

José Luis Gómez, por su parte, recibió el premio Corral de Comedias de Almagro en este emblemático espacio, Lo hizo rodeado por un puñado de amigos que glosaron su figura: el académico Miguel Saiz, las actrices Blanca Portillo y Carlota Ferrer, y el periodista Juan Cruz, encargado de la Laudatio.

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