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EFE

Diana Krall da su concierto más intimo en el Teatro Real

La cantante y pianista de jazz canadiense ofreció un recital donde repasó las piezas clave de su repertorio

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Más de quince millones de discos vendidos, cinco Premios Grammy y el reconocimiento internacional de un público al que ha dado, durante toda su carrera, la oportunidad de conocer el jazz gracias a sus versiones de standars y música popular. Diana Krall brindó ayer al público del Teatro Real de Madrid un concierto acorde a una trayectoria marcada por el éxito y legiones de seguidores. Entradas agotadas, pasillos abarrotados y la expectación de los fotógrafos ya anunciaban un espectáculo que se caracterizó por su recogimiento. Y es que tanto el patio de butacas como los palcos acogieron con entusiasmo la llegada de Krall al escenario, donde acompañada por violonchelo, guitarra y batería, con una puesta en escena sobria, la cantante y compositora canadiense expuso las mejores piezas de su repertorio.

Krall comenzó su recital creando sintonía con su público. Ya al mando del piano de cola negro, la cantante lanzó un directo «How are you doing? » antes de tocar su primer tema, una pieza donde cada uno de sus músicos se lució en la interpretación y los solos. La compositora, siguiendo el ritmo de la música con su pie derecho y preocupada por ajustar bien la altura de su silla, presentó a sus colegas acto seguido. Lo cierto es que desde el primer momento apostó por establecer ese ambiente íntimo , interactuando con el público, recordando «estoy aquí por vosotros» e incluso preguntando qué canción deseaban que interpretase. Momento que un espontáneo aprovechó para dar una de las anécdotas de la noche, cuando sugirió «Bésame mucho». La ocurrencia despertó más de una carcajada, como también lo hizo algún que otro gesto simpático del sonriente chelista.

Krall continuó su concierto combinando los momentos más intimistas con otros de puro swing y desenfado. En más de una ocasión, con las piernas cruzadas, las manos sobre las rodillas y los ojos sobre el público, comenzó a cantar a capella. Segundos seguidos por su regreso a las teclas y al calor de sus músicos. Su interpretación más ensimismada, más personal, se produjo cuando tocó «A Case of You», una conocida melodía de la cantante canadiense Joni Mitchell. A solas con su voz y el piano, solo un foco de luz dorada iluminaba un escenario de pronto a oscuras. La letra sugiere una sensación similar: «Justo antes de que nuestro amor se perdiera dijiste, ‘soy tan constante como una estrella del norte’».

Y es que Krall no tuvo reparos en imbuir de intimidad su actuación. Durante sus intervenciones, dirigiéndose a un público encantado, aunque acosado por el calor, hizo referencias a su vida íntima. La cantante tuvo palabras para sus hijos y para Elvis Costello, su marido, también músico y compañero puntual de trabajo. Tampoco olvidó a su padre, pianista como ella y a quien dedicó su versión de «This dream of you», del estadounidense Bob Dylan. El final de su concierto supuso una sucesión de temas de esa índole, más populares y conocidos por el gran público. Así lo probó cuando comenzó a tocar el estribillo de la conocida melodía «Cheek to Cheek». Con el público en el bolsillo, y después de una despedida acompañada por aplausos, todo el elenco de músicos regresó al escenario para hacer un “bis” que ofreció la oportunidad de escuchar «Boulevard of broken dreams».

El concierto de Diana Krall clausura las intervenciones de músicos extranjeros en el Universal Music Festival celebrado durante este mes de julio en el Teatro Real de Madrid. Las jornadas, que han contado con aristas de renombre internacional como el pianista Rufus Wainwright o el cantante de rock Rod Stewart, también han brindado la oportunidad de asistir a las actuaciones los españoles Juan Luis Perales o Enrique Bunbury.

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