Tracey Emin posa delante de su obra «Es como es», durante la inauguración de Art Basel Hong Kong
Tracey Emin posa delante de su obra «Es como es», durante la inauguración de Art Basel Hong Kong - EFE

Tracey Emin «se casa» con una piedra

La artista británica, que acaba de inaugurar una exposición en Hong Kong, confiesa en una entrevista que la peculiar ceremonia tuvo lugar el verano pasado, bajo un olivo, en el jardín de su casa en Francia

MADRID Actualizado: Guardar
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El verano pasado, la artista Tracey Emin (Croydon, Reino Unido, 1963) contrajo «matrimonio» en el jardín de su casa del sur de Francia, apenas a media hora de Saint-Tropez. Tratándose de la británica, la ceremonia no podía ser muy tradicional y lo cierto es que no defraudó, en absoluto. Y es que, según revela ella misma en una entrevista en «The Art Newspaper» con motivo de la inauguración de su primera exposición en solitario en China se casó... ¡con una piedra!

Emin, que dio el «sí quiero» a la centenaria roca bajo un olivo, llevaba puesta la mortaja blanca con la que fue enterrado su padre. Y, para dejar constancia de tan especial ocasión, la artista inmortalizó el momento en una serie de pinturas que, de hecho, forman parte de la mencionada muestra, titulada «I Cried Because I Love You» y que podrá verse en Hong Kong hasta el 21 de mayo.

Lo cierto es que, pese a lo que pueda parecer, el amor ha sido siempre una fuente de inpiración para Tracey Emin, honrosa representante de los Young British Artists (YBAs) que Charles Saatchi descubrió, para gozo y disfrute de los más atrevidos seguidores del arte contemporáneo.

De hecho, en la charla que mantuvo con «The Art Newspaper» la artista reconoce que, con el paso del tiempo, su percepción del amor se ha vuelto «más espiritual». Concluir que por eso decidió casarse con una piedra es aventurarse demasiado en la conciencia vital de Emin, que ha convertido en arte su propia vida.

A la pregunta concreta de qué significó para ella tan «sólida» unión, la artista asegura que «simplemente significa que, por el momento, no estoy sola; en algún lugar, en lo alto de una colina, frente al mar, hay una hermosa piedra y no va a irse a ningún sitio. Estará allí, esperándome». Y, para rematar el tema amoroso, Emin reconoce que, pese a todo, espera, «realmente», «sentir amor algún día». Qué hará con su «roca-marido» cuando ese día llegue es otra historia.

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