La artista que se desnudó en el d’Orsay acusa al museo de hipocresía

El museo no tiene ningún problema en usar la desnudez para animar a la gente a ir a una exposición en la que incluso hay películas pornográficas, pero cuando se trata de una actuación artística contemporánea como la mía, no la reconocen como arte y la censuran». Estas fueron ayer las palabras de la artista Deborah De Robertis (Luxemburgo, 1984) tras su detención del sábado por desnudarse en el Museo de Orsay, centro al que acusa de «hipocresía total». La exposición a la que se refiere es «Esplendor y Miseria: Imágenes de prostitución 1850-1910», que incluye la obra «Olympia», de Édouard Manet, ante la que realizó su «performance». «Quería representar a la modelo de la pintura, pero en un entorno contemporáneo», añadió.

No era la primera vez. El 29 de mayo de 2014, De Robertis fue detenida a los pocos minutos de sentarse con los muslos muy abiertos, exponiendo su sexo en una sala del Museo de Orsay, ante un cuadro legendario, «El origen del mundo» (1866) de Gustave Courbet, que muestra el sexo de una mujer en muy primer plano. En aquella ocasión, la artista luxemburguesa acompañó la breve exposición que le permitió la policía, antes de detenerla, con la grabación de un vídeo de su «performance», en el que ella misma repite obsesivamente: «Yo soy el origen de todas las cosas. Yo soy todas las mujeres. Tu no me has visto. Tu no me reconoces». Las palabras de la artista están «acompañadas» con una versión del «Ave Maria» de Schubert.

Detención «escandalosa»

El abogado de la artista, Tewfik Bouzenoune, consideró «escandalosa» esta segunda detención: «En el mismo museo donde una artista de nuestro tiempo hace con su cuerpo lo que ella considera una obra de arte, invitándonos a la reflexión, el Estado hace negocio vendiendo entradas para ganar dinero con exposiciones consagradas al Marqués de Sade y la prostitución».

Deborah De Robertis reside en París desde el 2013, designada oficialmente por el Ministerio luxemburgués de la cultura como «artista residente», con una beca especial para habitar en la Ciudad Internacional de las Artes de París. Su «performance» de mayo de 2014 terminó sin proceso judicial. Los ministerios de Cultura y Justicia estudian la posibilidad de inculpar o no a la artista por el posible delito de «escándalo público». Hace años que De Robertis ha respondido preventivamente a tal acusación, afirmando que, a su modo de ver, la libre exposición de su sexo «forma parte de una reflexión crítica sobre el puesto del cuerpo de la mujer en la evolución de la historia y el comercio del arte».