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«Luciana», 1994 - MARIO CRAVO NETO / VÍDEO: A. F. MORENO

PHotoEspaña 2005: Iberoamérica, en el punto de mira

Casi 400 artistas se dan cita en un centenar de exposiciones en la XVIII edición del festival de fotografía

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Amaba las mujeres, el ron y la revolución. Por ese orden. El fotógrafo cubano Alberto Díaz Gutiérrez, conocido como Korda (1928-2001), ha pasado a la historia por un retrato del Che («Guerrillero heroico»), que hace tiempo dejó de ser una fotografía para convertirse en todo un símbolo. Sin embargo, si hay algo que distingue su carrera, es la fotografía de moda. La búsqueda del ideal de belleza femenina siempre le obsesionó. En sus inicios ponía a su primera esposa, Julia López, a posar como una modelo para ensayar poses, ángulos, luces y sombras... La mujer es la protagonista absoluta de «Korda, retrato femenino», la muestra dedicada al fotógrafo cubano que se exhibe en el Museo Cerralbo de Madrid. Es solo una del centenar de exposiciones que conforman PHotoEspaña, que en su XVIII edición -dirigida por María García Yelo- se centra en Iberoamérica y sus distintas miradas fotográficas.

Los retratos de moda de Korda recuerdan a los de maestros como Irving Penn y Richard Avedon, a quienes admiraba profundamente. A igual que las de aquéllos, las «mujeres Korda» son chic, elegantes, sofisticadas. Las hay que recuerdan a Marilyn Monroe, otras a Brigitte Bardot. Incluso cuando estalla la revolución en el 59 y hace retratos de guerrilleras, campesinas o espectadoras en los desfiles, Korda continúa buscando la belleza femenina. Diana Díaz, primogénita del fotógrafo y directora del Estate Korda, recordaba ayer durante la presentación de la muestra que Studios Korda fue intervenido en 1968 por el Ministerio del Interior y que todos los negativos y equipos fueron confiscados. Solo se recuperaron los negativos sobre la Revolución. No pierde la esperanza de que algún día aparezcan los demás.

Un fotógrafo transgresor

Siempre transgresor, para responder a las críticas de sus eróticos desnudos Korda hizo que su secretaria se vistiera de riguroso luto y la retrató en el cementerio de La Habana. El título, «La belleza y la muerte». La exposición, que muestra 60 retratos en blanco y negro, fechados entre 1952 y 1960, se cierra con la última sesión de Korda, realizada en Sao Paulo en 2000, un año antes de su muerte. Las copias expuestas han sido realizadas por uno de nuestros mejores fotógrafos, Juan Manuel Castro Prieto.

Hasta 395 artistas -la mitad latinoamericanos- se darán cita, hasta el 30 de agosto, en este festival fotográfico que alcanza su mayoría de edad plenamente consolidado en la oferta cultural de la capital. A la sección oficial se suman 39 galerías en el festival Off. Junto a Korda, están presentes otros grandes nombres de la fotografía iberoamericana. Es el caso de Tina Modotti (1896-1942), a la que la Fundación Loewe dedica una muestra en su tienda de Serrano. Allí cuelgan medio centenar de instantáneas de la genial creadora italiana, que, como tantos compatriotas, emigró a Estados Unidos.

A ella sí se le cumplió el «sueño americano»: conocer al gran fotógrafo Edward Weston, que fue su mentor y su pareja sentimental. Ambos viajaron a México, donde formaron parte del grupo de Diego Rivera y Frida Kahlo. Actriz y modelo, fue ante todo una activista revolucionaria y antifascista, cuya fascinante vida desgranó Elena Poniatowska en «Tinísima». Acusada de conspiración, fue detenida y deportada de México. Apenas una década dedicada a la fotografía fue tiempo suficiente para desarrollar una producción muy personal y de una gran fuerza visual, centrada en las arquitecturas y las zonas indígenas.

México lindo

Seguimos en México con otro de los grandes fotógrafos, Manuel Carrillo (1906-1989), protagonista de una exposición en el Museo Lázaro Galdiano con fondos de la colección del Bank of America Merrill Lynch. No estará solo, sino en muy buena compañía. La de Anselm Adams, Paul Strand y Edward Weston (la santísima trinidad de la fotografía norteamericana), entre otros. Conocido como «el maestro mexicano», lo suyo con la fotografía no fue vocacional. Llegó a ella casi con 50 años. Pero más vale tarde que nunca, si se tiene un virtuosismo y un ojo como el suyo. Capturó con su cámara la esencia misma de México.

Y, como no hay dos sin tres, continuamos en este país, de la mano de Lola Álvarez Bravo (1903-1993), en este caso con fondos de las colecciones de la Fundación Televisa, que pueden verse en el Círculo de Bellas Artes. Esposa de un maestro de la fotografía, Manuel Álvarez Bravo, formó parte del círculo de Modotti, Rivera y Kahlo y durante cinco décadas llevó a cabo una prolífica carrera, centrada en su amado México.

Cambiamos de país y de registro. El Jardín Botánico-CSIC acoge las bellas e hipnóticas instantáneas del brasileño Mario Cravo Neto (1947-2009) en su primera retrospectiva en Europa. Bajo el título «Mitos y ritos», este interesante fotógrafo mezcla religión y erotismo, naturaleza y violencia en imágenes cargadas de simbolismo. Igualmente interesante, el trabajo del guatemalteco Luis González Palma (1957). La Fundación Telefónica, fiel a su costumbre de descubrirnos interesantes fotógrafos, reúne más de 200 imágenes que abordan los temas centrales de su producción: la identidad y la memoria. Siempre con ecos barrocos que le aportan una singularidad a su trabajo.

Entre las exposiciones colectivas, destacar las dos que recalan en CentroCentro Cibeles del Ayuntamiento de Madrid: «Desvelar y detonar», un repaso por la fotografía actual en México a través de 53 artistas, y «Latin Fire», una selección de imágenes de la colección Anna Gamazo, esposa de Juan Abelló, que atesora una de las mejores colecciones de fotografía latinoamericana.

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