Detalle de la instalación sonora de Susan Philipsz
Detalle de la instalación sonora de Susan Philipsz - abc

Brian Eno y el mapa sonoro de la Fundació Tàpies

El músico británico es uno de los artistas que se interrogan sobre las diferentes maneras de escuchar en la muestra «Intérvalo»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

No es el único ni, muy problablemente, el más avanzado y representativo, pero la exposición «Intérvalo. Acciones sonoras» que desde hoy interactúa con la colección de la Fundació Tàpies tiene en Brian Eno a un embajador de lujo. El fundador de Roxy Music e ideólogo del ambient es uno más entre una docena de artistas, sí, pero su nombre ejerce de poderoso gancho es esta muestra colectiva que busca interrogarse sobre las formas de escucha propias de la sociedad contemporánea.

«Cada pieza propone una forma de escuchar y estudia cómo damos sentido a aquello que escuchamos», señala ayer el comisario de la muestra, Lluís Nacenta a propósito de una serie de intervenciones que, lejos de agruparse en un lugar concreto, se distribuyen por toda la Fundació, desde los sótanos a los montacargas, para dialogar con las obras de Tàpies.

«Habrá quien ignorará los sonidos y quien se quedará poseído durante horas», añade.

Aún así, si hay algo difícil de ignorar, eso es la pieza de Eno, una instalación llamada «The Ship»que acumula altavoces, amplificadores, velas eléctricas y tecnología variada y con la que el artista y productor ha intentado crear «una canción en tres dimensiones por la que se pueda pasear». El resultado es una sala en la que los amplificadores se agrupan en una suerte de totems y en la que suena en bucle una composición de 24 minutos generada por múltiples voces. «He pasado la mayor parte de mi vida viviendo en grandes ciudades, y son espacios en los que siempre has de estar alerta. He intentado crear un espacio en el que no necesites estar alerta, donde puedas refugiarte de los peligros», señala Eno, quien bromea asegurando que, en realidad, buena parte de su vida adulta «es un intento por escapar de la música». «Siempre busco parques, museos y restaurantes silenciosos», apunta.

Pese a que, según señala Nacenta, todas los artistas han apostado por proyectos muy diferentes, la mayoría están conectados entre ellos a través de «la importancia de la radio, la espiritualidad o una mirada crítica sobre la relación entre sonido y tecnología». Así, mientras que la artista Nicoline Van Harskamp propone un análisis de la pronunciación errónea del inglés que hacen quienes no son nativos angloparlantes, Raquel Friera da voz a las mujeres de la limpieza de la propia Fundación para denunciar la «invisibilidad» de la tarea que desempeñan y la escocesa Susan Philipsz ahonda en la en la relación que se establece entre las ondas radiofónicas y el propio entorno.

El compositor Octavi Rimbau, por su parte, cambia de registro para idear una composición «para una escalera», mientras que EVOL, proyecto formado por Roc Jiménez y Stephen Sharp, reivindica el clímax no como cumbre sino como ascensión.

Ver los comentarios