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La pizarra del Sevilla 0-1 Cádiz

jornada 36

Pellegrino no toca el once ni el planteamiento en Nervión, si bien la poca eficacia arriba le hace tirar de casi toda la caballería disponible en el banquillo

Roger en una acción del partido l.v.
Rubén López

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Justicia agónica

El milagro del Cádiz coge forma, y de qué manera, tras la victoria en el Ramón Sánchez Pizjuán frente al Sevilla. Un triunfo vital para los amarillos de cara a seguir teniendo opciones de salvación en las dos últimas jornadas. El Cádiz no depende de sí mismo, lo tiene complicado pero está claro que no es ni mucho menos imposible.

Y todo en un nuevo partido de sufrimiento y demostración que este equipo es el menos goleador de la categoría por algo. Que lleve menos goles que los otros 19 equipos de Primera se entiende viendo el partido de ayer. El cuadro cadista no se cansó de acumular ocasiones y fallarlas todas. El colmo fue la de un Chris Ramos que parece negado en las últimas semanas, y cuyo fallo a puerta vacía ha pasado desapercibido gracias al gol de Sergi Guardiola en el descuento.

El caso es que Pellegrino tocó poco su equipo. El mismo once que frente al Getafe y el mismo planteamiento, si bien la necesidad de le hizo ir con todo en la segunda mitad y esos cambios propiciaron precisamente la victoria. Pase de Juami y gol de Guardiola, dos jugadores que entraron en la segunda parte y que fueron determinantes para conseguir el triunfo. El entrenador acabó con prácticamente todo lo ofensivo que tenía en el banquillo, sin que Machis jugara un solo minuto. Lo del venezolano sobrepasa ya el expediente X, ni con empate en el marcador y teniendo que ganar como sea tiró de él Pellegrino para entrar en el verde. Si hizo un Brian Ocampo que tuvo buenos minutos y que volvió a jugar meses después.

1. Guardia pretoriana

Sin cambios en el once y con un planteamiento muy similar del choque frente al Getafe, Pellegrino apostaba de nuevo por la que considera su guardia pretoriona, amén de algún cambio en la delantera. Sobrino seguía en la banda, con Zaldua en el lateral derecho y la apuesta por la dupla formada por Roger y Chris Ramos.

El Cádiz salía bien plantado en Nervión, presionando la salida de balón del cuadro local y teniendo en cuenta que debía tener cuidado con las contras de un Sevilla que con el paso de los minutos demostró que le iba poco en el partido. No obstante, Ocampos, Soumaré y sobre todo En-Nesyri eran de lo más peligroso de un equipo que con poco podía hacer mucho daño.

Con el transcurso de la primera mitad, el Cádiz comenzaba a llegar poco a poco al área del Sevilla, con una defensa hispalense endeble y un Sergio Ramos pensando más en sus vacaciones que otra cosa. Fruto de ello llegaba el tiro al larguero de Navarro y la clarísima ocasión de Chris Ramos, que él se fabrica pero incomprensiblmente falla a puerta vacía. Eran los mejores minutos de un Cádiz suelto, con Escalante moviendo bien el balón y Alcaraz tirando del carro cadista.

2. Desesperante falta de gol

Lo peor para el Cádiz era ver que una vez más sus problemas con el gol el pasaban factura. Se había ido sin goles al descanso y eso era un lastre enorme para un equipo que demuestra la enorme falta de calidad en los últimos metros.

La segunda mitad comenzaba con el Sevilla tratando de tener más el balón, con la posesión pero con poca presencia en ataque. De hecho, En-Nesyri estuvo totalmente desaparecido en la segunda mitad, sin que llegara apenas un balón. La batuta del partido era del Cádiz que tras unos minutos de zozobra se volvía a hacer dueño del encuentro.

3. Cuatro delanteros y dos defensas

Ocasiones y ocasiones, de todos los colores. A veces fruto de la precipitación hasta que llegó el tanto en propia puerta de Badé. Un gol que debió subir al marcador pero que a Del Cerro Grande no le dio la gana que lo hiciera. El fallo arbitral dejó noqueado por momentos a un Cádiz desesperado y sin capacidad de adelantarse en el marcador.

Al cuarto de hora de la segunda mitad y viendo la necesidad, Pellegrino hacía dos cambios clave con la entrada de Juanmi y Guardiola, los protagonistas del gol de la victoria. Sobrino y Roger se iban al banquillo, por lo que el Cádiz jugaba con tres delanteros, tirando más a la banda a Sergi Guardiola.

Viendo la situación y que el empate no valía, Pellegrino metió casi toda la madera que tenía pues se dejó a Machis, una vez más, en el banquillo. Ocampo y Alejo saltaban al verde por un Navarro muy cansado y Zaldua, por lo que el Cádiz cerraba con defensa de tres, con un Alejo más adelantado y metiendo más a Guardiola por el centro, ocupando la posición de Navarro durante la primera mitad.

El Cádiz se exponía a alguna contra del Sevilla que pudiera matarle, y las tuvo el cuadro local pero las desaprovechó. Más aún cuando Maxi entraba en el campo, saliendo Javi Hernández. Solo dos defensas en el terreno de juego, Fali y Chust, y cuatro delanteros, Chris, Maxi, Juanmi y Guardiola. Toda la artillería en el campo, sin que Machis formara parte de ella. Muy, muy llamativo.

El gol de Guardiola hacía justicia, a la par que evidenciaba la falta de calidad de un equipo que encontró atisbos con el tanto de la victoria y que se agarra a la categoría.

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