Drama de capas y espadas

Llegó la hora de la verdad. Tras superar dos agónicas bolas de partido en casa frente a Valencia y Valladolid, nos espera la crucial, la más urgente, la definitiva. La cita del domingo ante el Celta dictará ya casi de forma irremisible, la categoría en la que se inscriba el Cádiz la próxima temporada. No hemos sabido ser resolutivos a domicilio, dónde se han desaprovechado buenísimas ocasiones para sentenciar la permanencia, y ahora nos encontramos con estas exigencias finales. Tanto en Mallorca como en Villarreal se pudo y se debió hacer mucho más. Pero parece que existen días en que todo viene en contra, en que se hierran las oportunidades más claras y en que hasta los mejores escribanos se dedican a emborronar las páginas de su excelsa trayectoria con inauditos borrones. Tal fueron la reiteración de errores garrafales de Espino y las inmediatas salidas a destiempo de Ledesma, Dos auténticos baluartes en la zaga del equipo durante toda la campaña, condenaron a éste en una tarde aciaga. Cosas del fútbol. Pues pareciera que todo deba confluir para que, una vez más, padezcamos una resolución dramática de la temporada, para que los corazones permanezcan sufrientes y en vilo hasta el el último segundo del último partido. Por eso este domingo nuestro estadio ha de convertirse en un baluarte inexpugnable, en el que el pálpito unísono del amarillo y azul configure una piña de calor y de aliento que conduzca al equipo a la victoria, Escenario de épicos momentos, el viejo Carranza bien conoce el nutrido capítulos de tardes en que la entregada afición otorgó alas a sus jugadores para que culminaran gestas grandiosas, históricas, de exultantes ascensos, de agónicas permanencias. Una hinchada incondicional, habituada a resoluciones extremas, alcanzadas en el más postrero de los suspiros, que cuenta con un equipo compensado en sus líneas que posee el fútbol, el orden y la capacidad suficientes para alcanzar el objetivo. Una pondrá el ánimo desde la grada. El otro desarrollará el juego sobre el campo. Nos espera un drama de capas y espadas en nuestro corral de comedias.