Es noticia:
Cádiz CF

Las mejoras del sistema

Desde la llegada de Álvaro Cervera, el equipo obvia descaradamente el juego de toque en el mediocampo, y lo fía todo al raudo lanzamiento profundo

Actualizado:
Cervera, en un momento del partido ante el Almería.

Fiel al estilo que lo catapultara hace un par de meses a la categoría de plata, el Cádiz conseguía el primer punto de la temporada en tierras almerienses. Estilo basado en un esquema sobrio y sencillo, construido a partir de una total implicación defensiva de todos los jugadores y de una máxima concentración en cada movimiento y acción que se ejecutan. En el plano ofensivo, desde la llegada de Álvaro Cervera el equipo obvia descaradamente el juego de toque en el medio del campo y lo fía todo al raudo lanzamiento profundo, con el objetivo de aprovechar el fácil desborde en velocidad que le ofrecen Salvi y Álvaro García.

Con dos medios centros de corte defensivo y dos laterales que apenas acompañan en ataque, el delantero centro, en este caso Ortuño, queda convertido en una isla en terrenos de vanguardia, donde debe fajarse con los defensas rivales y disputar los balones aéreos que le envían desde su propia zaga. Circunstancia que reafirma el hecho de que nuestro técnico concibe el papel del medio punta como una pieza que facilite la rápida y segura circulación de balón en las cercanías del área contraria y no, según cánones actuales, como un volante que irrumpa con su cambio de ritmo y acompañe por sorpresa al delantero. Por eso, en esa posición ha jugado Abel, cuyas características y actuales facultades aconsejarían la ocupación de posiciones más retrasadas.

El mayor inconveniente que presenta este sistema radica en que se otorga demasiada posesión de balón al rival, con el consiguiente desgaste que conlleva tanto correr para su recuperación y el riesgo de permanecer a expensas de un posible golpe de genialidad de algún adversario. Arrebatos puntuales de clase que se prodigan con peligrosa asiduidad en esta categoría. Para evitar esta situación sería conveniente que, en determinados momentos, el equipo supiera retener y mover el esférico con garantías. Labor que había desempañado con solvencia David Sánchez y cuya salida del Cádiz sigue constituyendo un capítulo inexplicado e inexplicable. Esperemos que las incorporaciones de José Mari y Silvestre resuelvan esta carencia.