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Pan y Circo

Calidad

'El equipo se sostiene por el encomiable trabajo solidario de todos los jugadores'

Los titulares en Andorra, calentando. Araba Press
Pepe Reyes

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Ni bien ni mal sino todo lo contrario. Superado ya el primer cuarto de competición, las sensaciones transmitidas por el equipo amarillo, ni por asomo se aproximan a la excelsitud ni se parecen a las que pudiera ofrecer un conjunto a la deriva. En todos los partidos disputados hasta la fecha, el Cádiz mostró una imagen sólida, aguerrida, con gran intensidad competitiva, y en ninguno de ellos fue inferior al contrario. Pero tampoco se puede afirmar que fuera superior, y si ha ganado más encuentros que los que ha perdido sólo se debe a que el golpe de fortuna final, en duelos abocados al empate, se ha solido decantar a su favor.

Únicamente esto explica tanto la privilegiada situación que ocupamos en la tabla como la caída fulminante del efímero liderato. Instalados en una plácida medianía, en el hábito de la victoria sin brillo o de derrotas ajustadas, surge la duda sobre la verdadera capacidad futbolística de la plantilla, de si es real «la calidad que se le presupone», según palabras del propio Garitano. En torno a lo cual, por lo contemplado en estas doce jornadas disputadas se puede afirmar que el equipo se sostiene por el encomiable trabajo solidario de todos los jugadores, por la sobriedad defensiva de la zaga y el recital de paradas salvadoras de Víctor Aznar. Aderezado todo ello, con gotas desequilibrantes que puntualmente aportan Suso u Ontiveros.

Pero el balón casi nunca sale limpio de la defensa, el centro del campo lo mueve con lentitud y apenas filtra balones verticales con ventaja, y la aportación de los delanteros, amén del trabajo y la batalla, es nula. Por lo que sí se puede afirmar que, para proclamarse equipo con aspiraciones, faltan muchas dosis de calidad. Suso y Ontiveros la tienen y pueden decidir partidos en estallidos de genialidad, pero son futbolistas de recibir siempre al pie, con lo que se resta fluidez a la velocidad en las transiciones. Y tenemos otro jugador en el plantel con categoría y desequilibrio, como Brian Ocampo, que no juega. Lo que constituye todo un lujo inexplicable en un equipo tan necesitado de calidad.

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