Cádiz CF
El recuerdo más cadista a Pepe Domingo Castaño: «Cádiz me vuelve loco»
Recientemente fallecido, el comunicador gallegó dejó, además de buenos amigos, constancia de su enorme amor por la ciudad y por el cuadro amarillo: «La afición es enorme»
La pérdida de Pepe Domingo Castaño ha sido un golpe duro para su familia, compañeros y para la comunicación española en general. Un profesional inigualable que hizo, entre otras cosas, de la publicidad un arte. Una manera diferente de comunicar y transmitir, un hombre de televisión pero sobre todo de radio, esa a la que ha dejado huérfana sin su voz inconfundible.
Gallego de pura cepa, su tierra era punto y aparte para el que ha sido en los últimos años comunicador de la Cadena COPE. Pero dentro de su corazón también estaba Cádiz, su provincia y por supuesto el Cádiz CF. «Pepe Domingo fue de los primeros que pisó un lugar emblemático como El Timón de Roche en Conil. Allí comenzó a crear una historia que ha llevado a muchos compañeros de Madrid hasta nuestra tierra«, reconoce Quique Lafuente, su gran amigo en tierras gaditanas.
El también comunicador de Radio Cádiz recuerda las peripecias gaditanas de Pepe Domingo con otro grande como Theo Vargas. «Lo conocí cuando empecé en esto de la radio y en más de una ocasión que íbamos a Madrid para retransmitir el Cádiz CF tuve la oportunidad de estar con él en la capital de España. Lo primero que me dijo fue que nos íbamos a comer sin dudarlo. Desde ahí entablámos una amistad los tres, Theo, Pepe y yo», explica Lafuente que recuerda la pasión gaditana de Castaño. «La última vez que estuve con él fue en Padrón, su pueblo, y no dudé en llevarle una camiseta del Cádiz con su nombre».
En 2014, Pepe Domingo Castaño recibió el reconocimiento del Ayuntamiento de Cádiz con el premio Emilio Castelar. Quique Lafuente recuerda que en aquel reconocimiento hace casi diez años «estuvímos paseando por Cádiz, charlando con la gente y enamorado de La Cepa Gallega (un conocido bar de la calle Plocia). Él trataba a todo el mundo por igual, fuera importante o no», destaca su buen amigo.
De aquella visita a tierras gaditanas queda el cariño de Pepe Domingo a Cádiz. «Esta ciudad me vuelve loco, miro al sur y Cádiz es mi ciudad. Le tengo mucho amor a esta tierra y una pasión enorme al Cádiz, con una afición increíble que espero esté pronto en Primera División», decía por entonces cuando el cuadro gaditano deambulaba por Segunda B.
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También queda para el recuerdo de aquel reconocimiento en 2014 un poema de Pepe Domingo. «Solo soy un gallego itinerante que ha venido al sur para entregarme en vida a los múltiples Cádiz que yo quiero. Al Cádiz de la magia y los tanguillos, de la sal y la Caleta. Cádiz de Falla y Columela, de comparsa y chirigota. Al Cádiz legendario de las Indias, de Pericón y las habanera...«.
Pepe reconocía tener «una deuda con Cádiz enorme», decía hace poco tras estar un tiempo si estar en tierras gaditanas. Una de las últimas veces fue precisamente en El Timón de Roche donde estuvo presentando su libro. «Le encantaba el pescaito frito, las tortillas de camarones y el pescado de roca», señala Paco Ruiz, hijo de Superpaco y gerente del restaurante conileño. «Cada vez que venía le ponía su bufanda del Cádiz y hablábamos del equipo y de la temporada», añade.
«Para Pepe estaba Galicia pero luego Cádiz», reconoce su compañero y también amigo Germán Mansilla. Precisamente el comunicador de Padrón puso su voz a un pasodoble de Juan Carlos Aragón. «Le propuse la idea y alucinó con la capacidad literaria del Carnaval de Cádiz. Él creía que todo era humor pero cuando le puse la letra del pasodoble 'Adiós' de Aragón se sorprendió una barbaridad y entendió lo que también era la fiesta de Cádiz», apunta el periodista de Tiempo de Juego.
El Cádiz CF, el alcalde Bruno García y muchos cadistas no han dudado en mostrar su pesar por la pérdida de Pepe Domingo. Deja muchos huérfanos a su paso, muchos de ellos grandes cadistas como su eterno compañero Paco González. Deja también amantes de la radio y por supuesto de la vida, sin duda una de las grandes obsesiones de Pepe Domingo, vivir siempre como si fuera el último día.
