El jefe de la banda vuelve con ganas y con discurso nuevo

El capitán José Mari atendió a los medios de comunicación tras el partido, el que fue para él el de su debut en Liga después de que se leionara en el Trofeo Ramón de Carranza pasado. «Han sido semanas de emociones fuertes esperando el momento, trabajando como hemos trabajado siempre desde que llegué aquí al Cádiz, con la máxima humildad y todo el trabajo del mundo. Me he venido preparando mentalmente porque sabía que me iba a emocionar. Una lástima que no ha podido ser con una victoria. Ya estoy de vuelta, muy feliz, preparado para ayudar a mis compañeros y seguir apretando», aseguró el roteño.

Como es lógico, ha pasado por momentos muy duros esta temporada, en la soledad de la enfermería. «Cuando uno no puede ayudar se siente dolido, triste. Ha sido difícil emocionalmente. Gracias al psicólogo deportivo, la familia, el club, la afición, todos me han ayudado en estos momentos más duros de mi carrera. Me han hecho crecer, conocerme y mejorar».

Desde fuera siempre ha apoyado al equipo, del que se siente «muy orgulloso de lo que ha hecho». Y en alusión a la nueva imagen que ofrece con Sergio manifestó que «ha cambiado el sistema para nivelar a un equipo que es muy fuerte. No digo que este sea el camino porque sí, lo digo porque lo pienso de verdad. Que nadie nos dé por muertos. El Cádiz está vivo y va a dar guerra hasta el último minuto del último partido».

Por supuesto, manda un mensaje de esperanza dada la confianza que tiene en el vestuario. «El equipo, cuando no gana, y más en un partido en el que lo ha hecho todo para sumar los tres puntos, está contrariado, molesto. Pero he llegado ahí dentro, he mirado las caras de mis compañeros y si digo que el equipo está vivo es porque sus caras lo reflejan. Vamos a seguir trabajando, insistiendo. La idea del míster la llevamos a rajatabla, confiamos en ella. Solo queda seguir trabajando en esta línea y prepararnos porque vamos a ir a Granada a por los tres puntos, que creo que ya nos lo merecemos».