Cádiz CF

La idea de Sergio sale reforzada tras variar su once de gala en Anoeta

El técnico catalán revaloriza su trabajo aprovechando la llegada de los fichajes e incrementando el nivel de juego y resultados

Sergio González ha respondido a los buenos fichajes de su presidente con un incremento en el nivel de resultados y de juego. CCF

Alfonso Carbonell

Sergio no tiene un once de gala, tiene dos ideas según para el momento. Dentro y fuera. Y hace bien. No es que lo haga bien porque sí, no, eso no. Lo hace bien porque lo dicen los resultados. Y lo más importante, las sensaciones. El técnico del Cádiz CF está consiguiendo lo que hace que un equipo sea fiable, regularidad.

El entrenador amarillo lleva encadenando varias jornadas consecutivas dando auténticas lecciones de leer partidos, de planificarlos, de suponerlos. Es más, hay veces que se ve sorprendido por el rival, pero a fuerza de minutos es capaz de contrarrestarlo. Le pasó ante el Rayo al no ver a Trejo en el once y le pasó en Anoeta al encontrarse un rombo en el adversario. Iraola se lo puso más fácil tal vez, no fue el caso de Alguacil, que le dominó por completo en una primera parte que tampoco es que fuera muy diferente a lo que Sergio había ideado. Sacó obreros ante la Real y su ejército de cemento le aplaudió la idea.

Las victorias en Carranza ante Mallorca, Girona y Rayo le han dado a Sergio una base para configurar su once de gala, ese que tal vez se esperaba en San Sebastián. Pero ni fue así. Consciente del juego interior que pregona y realiza la Real Sociedad, Sergio quitó cerebro en la sala de máquinas sentando a Alcaraz y metiendo músculo y equilibrio que ofrece San Emeterio. No solo fue eso, también ‘castigó’ con la suplencia a un goleador en racha (Guardiola) con tal de proporcionar más solidez a su centro del campo con Álex Fernández.

Y la idea surtió efecto. Obviamente, se corrió mucho tras el balón pero a medida que pasaban los minutos el Cádiz se fue estirando hasta llegar a una segunda parte en la que los amarillos fueron a por el partido de tú a tú ante todo un Real Sociedad de Champions.

El empate, que bien pudo ser victoria de entrar ese tiro al palo de Roger, da la razón al trabajo de un entrenador que va creciendo con el equipo. Si ya consiguió la temporada pasada cambiarle la cara a un equipo muerto y devolverle la vida , este año, también gracias en parte al mercado de invierno, está haciendo soñar a la afición que tal vez no haya que esperar a la última jornada para dar el carpetazo a la permanencia en Primera División.

A pesar de que el año pasado ya Sergio obró el milagro de resucitar a un equipo moribundo, este curso había muchas expectativas abiertas en torno a su figura tras el mercado de invierno en el que su presidente le ha entregado un señor equipo, una plantilla completa y equilibrada. Y no solo eso. Este curso, al partir de cero, no tenía la obligación de ir a ganar todo lo que jugase como la temporada anterior. Es verdad que las dudas más bien se las ganó él mismo debido a un comienzo de Liga lamentable, si bien en ese momento contaba con la excusa ineludible que todo el mundo veía. No había equipo. Por tanto, si el club lo destituyese, como estuvo cerca de hacerlo en no pocas jornadas en las que el equipo parecía una noria, tenía una coartada reconocida.

Pero el caso es que Sergio está respondiendo a las mil maravillas en cuanto le han dado jugadores que le han subido el nivel de la plantilla. Y si vienen buenos jugadores, el juego del equipo también está respondiendo a ese incremento del nivel. Y lo está haciendo siguiendo los pasos de un entrenador de Primera.

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