Cádiz CF
Garitano se cita en Córdoba
El entrenador cadista comienza a estar muy discutido en la afición pese a contar con el respaldo del coordinador deportivo
Por muy mal camino
Cádiz
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónGaizka Garitano sabe de qué va esto y esto va de que como no comience a ganar partidos más pronto que tarde en breve se puede ir viendo por el Bocho tomando zuritos con su cuadrilla. O lo que es lo mismo, en el paro.
Seis encuentros consecutivos sin ganar, los dos últimos perdiendo, son demasiado para un equipo que debe estar luchando por meterse en los 'play off' de ascenso según su propio presidente, que hace ya más de una semana le subió el listón de la exigencia a un entrenador que no lo termina de ver. Es más, de producirse su cese en el caso de que el Cádiz CF siga en su particular desescalada -tras encaramarse sin querer en la cima hace más de un mes-, seguramente, y mientras charla distendidamente con sus amigos por el casco viejo de Bilbao, el todavía técnico cadista explotaría haciéndoles ver que no había tanta plantilla para tanta regularidad. Lo que pasa que el negocio este está montando así y admitiría que cuando firmó por lo que restaba de una temporada más la siguiente, en esa, en la siguiente, los objetivos, con o sin equipo, iban a ser los que son.
Como consecuencia de ese cambio de escenario, Garitano está perdido actualmente. Y eso que aún debe dar las gracias por el espectacular arranque liguero que le llevó a coronar la clasificación después de varios espejismos sobre el terreno de juego. Pero la realidad es tozuda y no ha tardado en presentarse. Ese colchón ganado a pulso le está dando para, de momento, calmar unas aguas que desde hace un par de semanas comienzan a agitarse según se ve a un equipo nulo en ideas y que, para colmo, empieza a levantar sospechas en cuanto a la intensidad. Si el curso pasado Garitano amarró la permanencia con un juego soporífero pero esperado, en la actualidad esa identidad ha comenzado a deteriorarse. Conclusión: el equipo ni sabe a lo que juega arriba ni entiende muy bien a lo que intenta impedir que se juegue abajo. Un guirigay, en definitiva.
Para un entrenador no hay nada más dañino que la sensación de inoperancia ofensiva y de incomprensión colectiva que dieron sus jugadores el pasado domingo ante una Cultural Leonesa que no es nada del otro jueves y que, en cambio, en Carranza pareció un 'dream team'. La derrota, unida a la nefasta imagen dada en los primeros 45 minutos, deja a Garitano camino de las cuerdas.
La preocupación va en aumento porque el equipo se lleva cayendo desde hace más de un mes. Pero sobre todo, va en aumento porque al frente de la nave parece estar un entrenador desnortado, sin rumbo, sin ideas, y lo más incierto, sin gestos de querer coger el toro que se le está yendo por los cuernos. En pocas palabras, Garitano debe estar cabreado porque se le está desmadrando un equipo al que no sabe controlar porque entiende que no está hecho para jugar a lo que se le pide que conquiste. Por eso, entre otras muchas cosas, el entrenador cadista se ha citado este próximo domingo con su alter ego. Si hay que morir, que sea con sus ideas.
Y a eso irá al Nuevo Arcángel este fin de semana. Porque, se lo hayan dicho o no en el club, nadie mejor que él para saber que esto va a así. Por mucho que Cala diga que lo quiera renovar en mitad de la crisis, si el equipo se le cae, la grada no va a permitir que se siga con el mismo capitán del barco. Mucho más después de la experiencia del año pasado con Paco López...
Por eso, porque Garitano se ve ya a lo lejos al hombre de la guadaña es fácil de imaginar que volverá a sus orígenes para ponerse a refugio en sus creencias. Se juega las castañas y qué menos que apostarlas con sus ideas, con sus hombres, en el caso de tenerlos. La exigencia, el hecho de jugar en casa ante una afición que espera más, la certeza de contar con uno de los mejores jugadores de la categoría como Suso, la pomposidad de un ataque sobrestimado, o la inercia de que por ser el Cádiz CF tiene que estar luchando sí o sí por ascender le han hecho ponerse unas gafas que no son las suyas y el resultado está siendo el que se está viendo, o sea, que su equipo aparece sin ningún tipo de seña de identidad. Está viendo como todo lo ganado lo está perdiendo por precisamente ir a por unas metas inalcanzable para lo que se tiene.
Ha llegado la hora de volver al punto de partida, a su punto de partida. Ha llegado el momento de resetear y recordar a sus jugadores lo que son. Ha llegado el momento de no fallarse a sí mismo. Ha llegado el momento de tomarse un café su alter ego. Ha llegado el momento de citarse en Córdoba con su yo más profundo y hacerlo sin prendas. Ha llegado el momento de rectificar y el que le quiera seguir, que le siga.
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