El Cádiz se prepara para visitar el 'estadio de papá'

Hay equipos que caen mal, pero hay equipos que hacen todo lo posible por caer mal, he ahí el mérito. Más allá de los grandes, hay entidades que no suelen hacer amigos allí donde van. El Getafe, en estos últimos años, ha destacado por encima de otros como Valencia o Sevilla. Y cómo no, un club odiado debe tener al frente a un entrenador que se lleve la palma en este capítulo. Puede que por ello Pepe Bordalás también defendiera los colores de Valencia o Hércules, equipos no muy queridos por diferentes avatares.

Por tener su peculiaridad, el Getafe la ha tenido este año hasta con el Gobieno, que tras unas declaraciones afortunadas pero no legítimas para la cultura de la cancelación del exfutbolista del Real Madrid Alfonso Pérez Muñoz, que vino a decir que no se puede comparar el fútbol masculino con el femenino. Algo tan rotundo y evidente menos para el Ministerio de Igualdad y sus secuaces en el ayuntamiento de Getafe, que tan pronto como salieron publicadas las declaraciones del internacional españolo borraron su nombre del Coliseum Alfonso Pérez, donde juega sus partidos uno de los clubes más odiados del fútbol español.

Sin duda alguna, hoy por hoy, el Getafe de Bordalás es un club que no suele caer bien. Mucho más en el Cádiz CF, equipo con el que el pasado verano hubo una gran polémica y declaraciones cruzadas entre sus dos presidentes a cuenta del fichaje del Choco Lozano, un jugador al que el conjunto gaditano no iba a renovar y con el el Getafe entró en contacto en las últimas jornadas de Liga y con la permanencia en juego. Legal o no, lo que no fue en todo caso era ético.

No hay partido que Bordalás no tenga sus más y sus menos con el entrenador adversario. No se olvida en el Betis su rifirrafe dialéctico con Pellegrini al final del encuentro después de que el entrenador chileno se quejase (tras empatar) de que apenas se juegue al fútbol cuando está el Getafe de por medio. La respuesta de Bordalás no se hizo esperar. «Esto es fútbol, papá», dijo ufano tras asegurar no sentirse «culpable de querer ganar siempre a equipos con presupuestos mayores y sentirse orgulloso» de ello.

Sin embargo, este lunes se verán las caras dos de los equipos en donde menos se suele jugar al fútbol debido a las interrupciones en el juego. Aunque no es comparable la dureza y la agresividad llevada al límite de la norma que emplean los pupilos de Bordalás con la que pone sobre el tapete los hombres de Sergio, sí es similar en las estadísticas lo poco que rueda el balón en los encuentros de ambos equipos.

Difícil papeleta tendrá Bordalás para sacar de sus casillas a un Sergio siempre prudente y cordial en el área técnica. Sólo una vez pudo envenenarse el técnico cadista este año y fue para defender a su jugador Iván Alejo, al que el entonces entrenador del Villarreal Quique Setién le había increpado. Ante esto, el bueno de Sergio tan solo se acercó al cántabro para pedirle que frenase en sus ataques al extremo del Cádiz CF, que había forzado la expulsión de un jugador del conjunto castellonense.

Será un encuentro, el de este próximo lunes, en el que se medirán dos equipos de la misma liga y con un fútbol distinto pero parecido. No viene de hacer lo mismo en la Copa, donde el Cádiz fue demasiado condescendiente con un Segunda Federación como el Badalona Futur, que llegó incluso a la tanda de penaltis; todo lo contrario que su oponente en Liga, un Getafe que no tuvo piedad del Tardienta, equipo de la regional aragonesa, y al que endosó doce goles, doce en su enfrentamiento copero. Toda una lección y un ejemplo de lo que es el Getafe, sin duda, el malo de la película, papá.