Vista del patio de entrada, donde se observan los azulejos genoveses en forma de damero y el pozo original de la casa. :: MIGUEL GÓMEZ
Sociedad

La Casa Pinillos, al descubierto

Azulejos, muebles y estructuras; el edificio guarda el sabor de cuatro siglos de historiaEl inmueble rehabilitado vuelve a abrir sus puertas este miércoles para mostrar el esplendor del Cádiz mercantil

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Más de 4.000 personas han visitado ya la Casa Pinillos, rehabilitada como ampliación del Museo de Cádiz, que abrió sus puertas hace menos de tres semanas y que lleva una cerrada con motivo del montaje del sistema de climatización. El «imponente» edificio donado por Carmen Martínez Pinillos en 2005 devuelve a los gaditanos, en pleno siglo XXI, el esplendor de la ciudad del XVIII, y está llamado a erigirse como uno de los epicentros de las actividades culturales programadas para el Bicentenario.

Las dudas surgidas por el ritmo de la obra -crisis mediante- han quedado disipadas con la comprobación del resultado. Los que tuvieron la oportunidad de pasear por sus estancias antes de que el arquitecto Francisco Reina y su equipo iniciasen los trabajos de remodelación, coincidirán en que el inmueble ha experimentado una evolución natural y ha sabido mantener el sabor de las diferentes épocas que se han ido sucediendo entre sus paredes.

A partir del próximo miércoles, la casa, construida a caballo entre el XVII y el XVIII en la trasera del convento de Nuestra Señora de los Remedios, en el 6 de la plaza Mina, podrá ser de nuevo visitada, previa cita, en grupo y a través de un recorrido guiado. LA VOZ ha sido la primera en pisar sus habitaciones, subir a su torre, bajar al aljibe y empaparse de la historia de las 'joyas' que atesora. Y lo ha hecho de la mano del arquitecto y también encargado del proyecto de musealización en colaboración con el estudio de Juan Pablo Rodríguez Frade -y que da respuesta al programa expositivo incluido en el Plan Museológico del Museo de Cádiz- Francisco Reina, y del director del Museo Provincial, Juan Alonso de la Sierra. Ambos avisan: «Todos los trabajos han venido precedidos por un estudio histórico exhaustivo. Lo que se ha hecho responde a una fase más de la historia del edificio». Yuxtaposición de estilos que se han respetado en su totalidad, salvo «en las zonas que se habían ido adaptando de forma arbitraria», subraya Reina.

Todos los elementos originales se han recuperado. Si la familia Pinillos era propietaria de una naviera, ¿cómo no conservar los cuartos que se usaban para tratar los negocios? Una alacena, intacta, corona la sala destinada a la recepción del nuevo museo. En esa misma planta están las oficinas, propiedad de la Fundación Pinillos.

Bajada al aljibe

El patio, sin duda uno de los espacios más bellos del edificio, mantiene los azulejos de mármol genovés en forma de damero. «Todo está tal cual estaba, el mármol fue retirado para la obra y vuelto a colocar. El 80% de los azulejos son los originales y el resto ha sido mandado a reproducir», insiste el director del Museo y comisario de la única exposición que, por ahora, contiene el inmueble. 'Cádiz, la ciudad entre dos siglos (1895-1950)' es un colección fotográfica del corredor de comercio gaditano Ramón Muñoz Blanco adquirida por Cultura en 2009 y que trata de ilustrar dos etapas muy diferenciadas de la ciudad. La resultante de la crisis del 98 y el Cádiz de mitad del XX, convertida en una tranquila capital de provincias.

En el recorrido, el visitante puede atestiguar el mantenimiento de otros muchos elementos. Reina ha recuperado todas las vigas de madera, salvo las del primer nivel, todos los elementos decorativos de la planta baja y el pozo, a cuyas entrañas, el aljibe que lo alimenta, se puede descender. Este depósito contendrá agua ya que servirá como un contra incendios.

El ascenso a la planta noble también está salpicado de piezas originales. La imponente balaustrada de caoba de finales del XVII que cobija a una escalera con estructura de cajón -típica de las casas mercantiles- que conduce a las habitaciones de negocios y a la vivienda del dueño, es un ejemplo. Si el visitante vuelve la vista una vez escalado el primer tramo, observará una serie de azulejos valencianos del XIX (muchos se exportaban a La Habana) y otros holandés del XVII con animales representados.

En el comedor, del siglo XIX aunque de estilo del XVIII, se puede observar una muestra de muebles de estilo inglés. «Este tipo de mobiliario tenía mucha presencia en Cádiz», apunta el director del Museo. «La mayoría proviene de los fondos del museo, otros han sido recuperados de los anticuarios y hemos mandado a reproducir un bargueño del siglo XVII».

El salón estilo imperio está coronado por un espejo dorado que fue mandado a hacer con motivo de la visita de Isabel II a Cádiz. Todas estas galerías se emplearán para custodiar buena parte de la exposición permanente: ajuares, abanicos, piezas de cartografías y retratos de personajes ilustres salpicarán sus paredes y vitrinas a partir de una fecha aún por definir. Está el proyecto, pero falta que se licite y ejecute. La delegada provincial de Cultura, Yolanda Peinado, ha insistido en que se espera que «el Ministerio de Cultura finalice en 2012 el proceso de musealización, para que una vez que termine el Bicentenario podamos tener completado el proyecto de ampliación del Museo de Cádiz».

Falta pues al menos un año para ver el contenido, sin embargo, «el edificio es en sí un museo», puntualiza Juan Alonso de la Sierra. Que se llega a la zona del servicio, pues a demostrar cuál era su uso. Un torno que conectaba la cocina con el comedor es de lo poco que queda de esta parte. Y es que como reforma más significativa que afecta a todas las plantas se ha eliminado esta zona situada tras el cuerpo de escaleras principales para ubicar un núcleo complementario de escaleras y ascensor-montacargas. Este nuevo sistema de comunicación garantiza el acceso de piezas y colecciones, flexibiliza los recorridos a través de la exposición e integra por planta las áreas de descanso.

El culmen de la visita (deambulen por la casa imaginando épocas pasadas) devuelve al gaditano o turista hasta la actualidad. El derribo de los lavaderos dejó al descubierto la antigua torre recuperada por Reina con una original solución. El resultado «media con la ciudad, ésta es la cara del edificio, que no es es del XVIII, del XIX, ni del XX. Lo que queríamos era recuperar la pertenencia de esta casa con la ciudad», comenta Francisco Reina.

A partir del día 12, la Casa Pinillos volverá a abrir de miércoles a domingo para visitas en grupo acompañadas, para lo que ha de reservarse previamente en la recepción del museo o por teléfono. Las visitas serán a las 9,30 horas; 10,45; 12,00 y 13,30 horas.

Además, en próximas semanas se conocerán los detalles de la primera de las dos exposiciones que el Consorcio para la Conmemoración del Segundo Centenario de la Constitución de 1812 albergará en este edificio. Se trata de un monográfico de José I. La otra muestra, prevista para el año que viene, lleva por título 'La presencia de Cádiz en la historia de España'.