PAN Y CIRCO

ALGO MÁS QUE SOLOMILLO

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Alberto Contador está prácticamente sin voz y no le quedan apenas platós de televisión o emisoras de radio a las que ir para contarnos su versión de lo sucedido, su versión del positivo por clembuterol en el pasado Tour de Francia. Se le escucha y se le nota cansado, con un hilo de voz y con una apariencia que es la de una persona que lleva prácticamente dos meses destrozado con un pensamiento obsesivo. que todo se revuelva cuanto antes.

Es cierto que en nuestro país tenemos una tendencia preocupante de desmitificar a nuestros héroes deportivos a una velocidad de vértigo, cuando ganan algo los elevamos al olimpo y cuando pierden ya se habla de crisis o relevo generacional. Este caso es diferente. El ciclista de Pinto lleva siendo el protagonista de los veranos y las bicicletas desde hace tres años, y aunque la sombra de la 'Operación Puerto' fue muy alargada, no se le pudo acusar de nada. Su nombre, de cualquier modo, aparecía.

Ahora, varios años más tarde, hay un positivo, un mini positivo porque la cantidad es ridícula y por la que culpan a un solomillo. Hasta ahí, vale. Pero nada más terminar la rueda de prensa en la que nos cuenta su versión, comienzan a salir filtraciones desde Francia que hablan de restos de plástico en su orina que avala la tesis de autotransfusión sanguínea. Desde Estados Unidos el New York Times habla de que no sólo ha dado positivo una vez en la última edición del Tour de Francia, sino que habría al menos otro más. Esto puede ser la punta del iceberg y lo peor no es el doping, lo peor es que se nos tome el pelo a los aficionados al deporte con rondas por todos los medios queriéndonos convencer de que no ha hecho nada y que es un deportista limpio. Ojalá sea así, algunos pensarán que esto es una conspiración de los franceses que no nos pueden ver y de los norteamericanos que quieren proteger al ídolo Lance Armstrong. Otros en cambio creemos que hay algo más que solomillo.