De la universidad a la empresa

Los inventores del siglo XXI están en las aulas de la Universidad de Cádiz y en las empresas que apuestan por la innovación. El jerezano David Listán se encuentra entre ellos y a sus 33 años ya tiene patentado uno de sus diseños industriales, concretamente, el que le ha valido como proyecto de fin de carrera. «Desde que empecé a estudiar, mi tendencia iba hacia el diseño de maquinaria y toda mi experiencia laboral está enfocada a ese campo», explicó Listán.

Al contrario de lo que se pudiera pensar, no todo está inventado y hay necesidades empresariales todavía por cubrir: «Hay veces que tienes que realizar un tipo de ensayo siguiendo determinadas normas y no hay ninguna maquinaria en el mercado para poder hacerlo», indicó. En concreto, la patente se basa en un dispositivo automático para la realización de ensayos de inmersión total, parcial o alternada, tanto de corta como de larga duración, en condiciones controladas, sin la necesidad de vigilancia de un operador. Este dispositivo permite realizar test a probetas o piezas de distintos materiales en diferentes medios agresivos controlando y registrando, si así se desea, las condiciones climáticas del ensayo, ciclos de secado de las probetas y nivel de disolución.

La UCA y la empresa Quinta Ingeniería -donde trabaja el jerezano- firmaron días atrás un convenio que permitirá a la entidad privada la fabricación y comercialización de esta máquina. De momento, es un prototipo pero Quinta Ingeniería -actualmente ubicada en El Puerto de Santa María pero con reserva de suelo en el Parque Tecnológico de Jerez- ya está percibiendo el interés de empresas especializadas en adquirirla.

Además de adaptarse a las normas actuales, el diseño «se ha ampliado para que cubra más normativas y para cuando surja algo especial», indicó Listán.

Meta alcanzada

Para el ingeniero jerezano, conseguir que la UCA patente su creación «es un reconocimiento al trabajo de estos años. Hacer una patente no es habitual y me garantiza la exclusividad durante un tiempo», aseguró. Listán consigue así uno de sus objetivos profesionales: «Tener algo patentado era una meta que quería cumplir a corto plazo. Siempre estoy haciendo cosas nuevas pero no tengo la oportunidad de patentarlo y con la ayuda de la universidad sí he podido».

La iniciativa partió del Laboratorio de Corrosión y Protección de la UCA, que propuso la idea al departamento de Ingeniería Mecánica y Diseño Industrial ya que los dispositivos y normas actualmente en el mercado no permiten automatizar los ensayos con rangos de variabilidad amplios, incorporar condiciones climáticas, ni registrar datos de ensayos de manera automática. Este proyecto no es más que el fruto de una de las diversas y estrechas colaboraciones que la ESI y el Laboratorio de Corrosión y Protección llevan desarrollando desde hace años.

El trabajo de Listán desde hace cuatro años en Quinta Ingeniería ha sido el vínculo entre la empresa y la Universidad de Cádiz: «Vamos a editar folletos e intentar difundir la máquina a nivel internacional por diversos laboratorios y analizar la posible aceptación que tenga este producto», aseguró el gerente de la empresa, José Antonio Ruiz.

El proyecto fue dirigido por el profesor Mariano Marcos y contó con la supervisión de José Miguel Sánchez y Javier Botana.