Cemabasa sólo ha recibido seis peticiones para rescatar los cuerpos del cementerio

Casi no queda nada en el viejo cementerio de San José. Las columnas de nichos, ya vacías, hacen que el paisaje parezca el de una posguerra. Hay tan poco que hacer allí -en cuanto al trabajo administrativo- que la oficina sólo abre tres días, de martes a jueves.

Sin embargo, bajo el césped lleno de calvas hay mucho por descubrir. Cemabasa (la sociedad que gestiona el camposanto) dice que son 300 los que yacen en fosas comunes, porque es verdad que frente al desbarajuste que se produjo en otras localidades, en Cádiz se llevaba una contabilidad bastante fiel, incluso de los que se enterraban sin identificar. Pero hay quien cree que ese número de muertos podría elevarse a 700.

Sin embargo, hasta la fecha sólo se han elevado seis peticiones para sacar cuerpos de las fosas. «Son pocas, porque son las familias las que están autorizadas a pedirlo y las hay que no tienen descendencia o no tienen interés o tienen miedo o desinformación», explica Santiago Moreno, del Servicio de Memoria Histórica de la Diputación, que trabaja ayudando a las familias que se lo piden.

De las seis peticiones, según fuentes municipales, cuatro no se han podido resolver porque no coincidían los datos de la ficha con el lugar; una debe esperar a que se derriben los nichos (para lo que hace falta una inversión municipal de 140.000 euros) y otra más se llevó a cabo. A Moreno, en cambio, le consta que se hicieron dos aperturas de fosa. La primera, la de Juan Pérez Domínguez, hace cuatro años y luego hubo otra. Según sus datos, la que está pendiente es la de Domingo Vélez Clemente.