PAN Y CIRCO

LA LECCIÓN DEL BARCELONA

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Se acabó la emoción. Ocho meses de tensión, televisión de por medio, arbitrajes polémicos, publico con los nervios a flor de piel, lucha por los puntos, cruces de declaraciones, las ejecuciones de los técnicos damnificados...

Ayer finalizó la Liga de las Estrellas, con el desenlace esperado: El FC Barcelona campeón porque ha sido el mejor. Queda para la historia un Barça gustador del juego exquisito y queda para la historia un registro de puntos difícilmente superable: 99. Además, queda para la historia que su mejor jugador, Messi, igualó los 34 goles de Ronaldo, lo que le consagra como nuevo Bota de Oro, mientras Víctor Valdés se alza con el premio Zamora al portero menos batido.

Que el campeonato no se haya resuelto hasta el último partido de la competición indica que se mantuvo hasta el final la eterna rivalidad Barcelona-Madrid, pues el duelo que han mantenido ambos volvió a ser el epicentro del terremoto futbolístico que sacudió la competición entre septiembre y mayo.

El Madrid, sin embargo, emborronó el final al no ser capaz de ganar en Málaga (1-1), pese al favorable arbitraje que tuvo.

Pero no es cuestión de poner la cara roja de vergüenza a los de Manuel Pellegrini, pues en esta Liga de las Estrellas ha habido un merecido ganador, el Barça, que durante todo el campeonato ha exhibido un fútbol de tiralíneas, un fútbol que hace afición, que causa admiración y nadie duda que además de exhibir un gran fútbol supo sudar y esforzarse hasta límites insospechados. Por ello casi todos consideran que es el justo vencedor.

Que se lo pregunten al Valladolid que, como el Málaga, se jugaba el ser o no ser en Primera. El Madrid, con su plantilla confeccionada a golpe de talonario, se despidió en La Rosaleda sin un título que llevarse este año a su cuenta. De vergüenza.