El nuevo peso fuerte del PSOE andauz, Mar Moreno. :: EFE
ANDALUCÍA

El sueño de Mar Moreno

Su biografía política está marcada por las veces que la han postulado candidata a la Junta, como ahora como Griñán La nueva 'numero dos' de Griñán es una mujer metódica, amante del rigor y del diálogo

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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En la primavera del año 2000 Mar Moreno (La Carolina, 1962) se convertía en la primera mujer en ocupar un cargo de la cúpula socialista en Andalucía. Fue elegida vicesecretaria general, la segunda después de Chaves, en un congreso clausurado por un joven Rodríguez Zapatero todavía aspirante a la Presidencia del Gobierno. Su elección, que entonces se atribuían Zarrías y el entorno de Chaves, supuso el descubrimiento de una política fuera de lo común en la esfera socialista. «Va a dar que hablar», dijo el entonces consejero de Presidencia.

Sólo tres años después, en marzo de 2003, Moreno pronunció aquella famosa conferencia en el club Antares de Sevilla en la que se cumplía lo que pronosticó Zarrías. Comenzó a dar que hablar. El club registró un lleno total y representantes de todos los sectores cogieron silla para escuchar a la que ya se barruntaba como la sucesora de Chaves. El presidente de la institución así la presentó, como la candidata a la Junta en 2008. Ante la plana mayor de su partido y el Gobierno andaluz, con Chaves a la cabeza, Moreno se destapó con una alocución que, sin obviar su habitual discurso feminista, transmitió segura y solvente cómo afrontar lo nuevo sin deshacerse de lo viejo en política. La sucesión estaba servida, pero muchos, incluido el propio Chaves, no lo vieron así. No tocaba todavía hablar de sucesión.

Chaves, que volvió a presentarse en 2008, volvió a señalar sin pretenderlo a Mar Moreno cuando en unas declaraciones en una emisora de radio en víspera de las últimas elecciones llegó a decir que le gustaría que en el futuro le sustituyera una mujer. Todas las miradas se dirigieron a la política jiennense. Pero tampoco esta vez fue así. Un año después, Chaves se decantaba por Pepe Griñán para ocupar su puesto en la Junta, pese a las preferencias de otros socialistas, como Gaspar Zarrías.

Un año después de esto y siete de su conferencia en el club Antares, Mar Moreno vuelve a centrar el foco de atención y a incluirse en una quiniela como candidata a presidir la Junta de Andalucía. Esta vez también en un futuro sin determinar. Su ascenso a consejera de Presidencia y portavoz del Gobierno ha sido interpretado en clave sucesoria. El mismo Griñán, que la ha nombrado, no lo niega. «Me halaga que vean a alguien de mi equipo con futuro de liderazgo», dijo el presidente.

Una década de cábalas sobre su futuro como aspirante a la Presidencia andaluza suele quemar a cualquier político. Ha sucedido así con otros incluidos en la quiniela sucesoria de Chaves. Pero no con Mar Moreno. No sólo no se ha resentido con ello, sino que su figura política se ha visto acrecentada cada vez que su nombre vuelve a sonar como futura candidata socialista. «Llevo muchos años conviviendo con este tipo de comentarios con mucha naturalidad, forman parte de mi biografía», respondía Mar Moreno en una entrevista publicada en este periódico el pasado noviembre.

Sentido común

Y en esta naturalidad y templanza parece radicar su éxito. Colaboradores suyos describen a Moreno como una mujer metódica, con una gran capacidad de trabajo y exigente con el rigor de los datos que aporta cuando habla en público. Suele repasar y contrastar cada detalle para no equivocarse. Política de raza, tiene una gran habilidad para basar sus discurso en el sentido común y huir de los lugares comunes y de frases demagógicas. Compañeros políticos subrayan su sagacidad a la hora de captar y exponer los mensajes políticos que hay que dar en cada momento. Sus adversarios la respetan precisamente por su talante calmado y su talento para el diálogo.

Y no lo ha tenido fácil. Porque mientras era candidata o no, Mar Moreno ha entrado y salido de sucesivos cargos políticos con absoluta entrega y disciplina. Sólo en los dos últimos años ha ocupado cinco responsabilidades distintas. Dejó la presidencia del Parlamento en abril de 2008, fue nombrada consejera de Obras Públicas, puesto en el que apenas duró un mes, ya que José Luis Rodríguez Zapatero la llamó para que asumiera la secretaría de Política Institucional en la ejecutiva federal del PSOE. Quería tenerla cerca. Al llegar Griñán a la Presidencia, este le ofreció la Consejería de Educación. Quería darle impulso a una de las áreas que deseaba convertir en protagonista de su programa de gobierno. Moreno siguió compatibilizando su cargo orgánico en el PSOE con la consejería hasta que Zarrías le sustituyó hace dos meses. En el año en el que ha sido consejera de Educación se ha esforzado por sacar adelante el reglamento escolar negociado con los distintos representantes del sector, labor en la que ha destacado su habilidad negociadora.

Secretaria de Vallejo

«Yo sólo he recibido del PSOE confianza y oportunidades políticas», ha dicho en más de una ocasión para explicar su capacidad de adaptación a cualquier cometido que le encomienden. Una confianza que empezó casi desde que se afilió al PSOE en 1991 en su localidad natal y después de licenciarse en Derecho en la Universidad de Granada. Su primer contacto con la vida política fue en el despacho del entonces alcalde de su pueblo, Francisco Vallejo, del que fue jefa de gabinete. Avatares de la política, Vallejo también estuvo en la quiniela de posibles sustitutos de Chaves en 2008. Luego saltó a la capital, como delegada de Trabajo y Asuntos Sociales (1994-1996) y en los cuatro años siguientes como delegada del Gobierno en la provincia.

Fue la primera mujer presidenta del Parlamento andaluz, cargo para el que fue elegida con el voto de confianza de todos los partidos. Algunos interpretaron su propuesta para este cargo como un intento de Chaves de apartarla de la sucesión tras la famosa conferencia de Antares, otros entendieron que el ex presidente andaluz lo que quiso fue resguardarla de la quema política al no contemplar entonces, 2004, su marcha de la Junta.