MERCADOS

¿Por qué Draghi no mueve ficha?

A diferencia de las compras de deuda del verano de 2011, las nuevas OMC que contribuirán a rebajar la prima de riesgo de los países vulnerables imponen la petición de rescate y una “condicionalidad estricta”

MADRID Actualizado: Guardar
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Hacia la medianoche del 7 al 8 de agosto de 2011, antes de la apertura de los mercados asiáticos, el consejo de gobierno del Banco Central Europeo acordó de urgencia la compra de deuda pública española e italiana. Que la decisión fuera adoptada a tan intempestiva hora vino forzado porque la prima de riesgo del país transalpino había rebasado los 400 puntos, y la española solo le iba ligeramente a la zaga. La conmoción movilizó a bancos centrales de todo el mundo.

El instituto emisor de la zona euro, todavía presidido por el francés Jean-Claude Trichet, activó entonces el Programa para los Mercados de Valores (SMP, por sus siglas en inglés), que estuvo vigente desde mayo de 2010 y consistió en compras de deuda pública sin condiciones. La presión de los inversores aflojó temporalmente, para rebrotar con mayor intensidad meses más tarde. A medio camino, el BCE puso un parche a la extrema sequía de los mercados mayoristas del dinero con dos macrosubastas, más conocidas como barra libre de financiación, celebradas en diciembre de 2011 y febrero del año actual, destinadas a proporcionar liquidez a los bancos para sostener su funcionamiento.

Pero la situación se complicó aún más el pasado verano, cuando se acentuó el acoso a los países vulnerables, y la autoridad monetaria anunció que estaba dispuesta a llevar a cabo un programa de Operaciones Monetarias de Compraventa (OMC). El Estado que quiera disfrutar de esta protección tiene que pedirla.

-¿Qué ha variado entre el primer programa de compra de bonos y el que ahora se propone?

-La primera fase de las adquisiciones de deuda o SMP se desarrolló sin exigir contrapartidas. Desde entonces, muchas cosas han cambiado. En la ofensiva especuladora que se intensificó a partir del pasado verano, España quedó por delante de Italia en el punto de mira de los agresores, el presidente del supervisor bancario europeo es ahora el italiano Mario Draghi, la oposición del Bundesbank ha aumentado y la decisión de relanzar las compras de deuda comporta, para los beneficiarios, el compromiso de cumplir una “condicionalidad estricta”.

-¿Por qué necesita España que el BCE reactive un proyecto de adquisición de títulos?

-El Tesoro, y otros agentes económicos públicos y privados, necesitan financiarse a un precio mucho más bajo. Pueden aguantar unos meses, y hasta un año o dos, que el dinero cueste en España de tres a seis puntos porcentuales más que en Alemania, según los plazos. Pero este sobrecoste ya está pasando una gravosa factura, no solo a las cuentas públicas, sino también a la competitividad de las sociedades que luchan por seguir adelante en medio de una ya larga etapa de recesión. Bajar la prima de riesgo favorecerá a todos, afirman estos días empresarios y banqueros, que instan al presidente de Gobierno Mariano Rajoy a decidir sobre la petición de rescate cuanto antes. Hace muchos meses que las ofertas de financiación son inasumibles o inexistentes. Las emisiones de deuda privada de Irlanda, Portugal, Italia y España se han visto reducidas a mínimos dentro de la zona euro.

-¿Qué efectos se esperan del nuevo programa?

-Cuando el BCE pase de las palabras a los hechos, los inversores que demandan una alta remuneración por los bonos nacionales recortarán sus aspiraciones de ganancias, al conocer que apuestan contra un competidor (el BCE) que cuenta con recursos ilimitados. Ya el simple anuncio de esta posibilidad recortó la prima de riesgo de España desde máximos de 650 puntos hasta el nivel actual, en torno a los 400 puntos básicos.

-¿Qué propuesta ha formulado el Banco Central Europeo?

-Dice el presidente Draghi que la función principal del nuevo programa de las OMC (también conocido como OMT, por sus siglas en inglés) es “restablecer el funcionamiento del mecanismo de transmisión de la política monetaria en el conjunto del área del euro sin que ello conlleve un debilitamiento de los esfuerzos necesarios para resolver la crisis en el plano de las políticas nacionales y europeas”. En otras palabras, que persigue aliviar la presión del mercado sobre España y otros países, sin permitir que relajen su disciplina presupuestaria y planes de reformas.

-¿Cómo justifica el Banco Central Europeo la activación de las OMC frente a los detractores del núcleo duro de la Unión Monetaria?

-El “incremento excepcional” de las primas de riesgo en algunos países “sistémicos” (que pueden contagiar al resto), que fue “especialmente intenso” en los plazos más cortos, llegó a introducir dudas sobre la irreversibilidad del euro, explica el Banco de España. Como esta nueva fase de la crisis coincidió con un nuevo y profundo deterioro de las perspectivas económicas de la zona euro, “la efectividad de la política monetaria única quedó muy mermada”, añade. Para evitar que se materializaran unos escenarios “extraordinariamente desfavorables”, atajar los rumores infundados de quiebra del euro y restaurar la eficacia de la política monetaria, se anunció en agosto pasado, y se concretó el 6 de septiembre, el nuevo programa.

-¿Qué principios rigen las OMC?

-El BCE realizará en el mercado secundario (donde los inversores se intercambian la unos con otros los títulos de deuda soberana) compras de bonos a los que les reste una vida entre uno y tres años. Argumenta que la rentabilidad de estos plazos cortos está más vinculada a la política monetaria, pero la medida también permite a la autoridad un mayor control de la situación. “El corto plazo de los valores adquiridos facilitará la aplicación de la condicionalidad”, admite la institución. No hay límite previo para las adquisiciones, y el Banco Central Europeo se considera un acreedor más, con igualdad de trato respecto a los privados. En caso de impago, no se pondría el primero en la lista para cobrar.

-¿Por qué el BCE no quiere actuar solo?

-El artículo 123 de los Tratados de la UE prohíbe la financiación monetaria a los Estados miembros. Por eso, las nuevas OMC se realizarán cuando un país afectado haya solicitado previamente asistencia financiera a la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF) o al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), ya sea a través de un programa completo de ajuste o de otro precautorio como la Línea de Crédito con Condicionalidad Reforzada, que podría ser el elegido en el caso de España. Tanto el FEEF como la MEDE podrán comprar deuda directamente en las emisiones del correspondiente Tesoro.

-¿A qué pueden obligarnos?

-Las exigencias que se impongan a España o cualquier otro país solicitante se plasmarán en un nuevo memorando, un ‘mou’ de requerimientos como el que condiciona la asistencia financiera europea para capitalizar los bancos españoles. No se han desvelado propuestas concretas, pero los objetivos que se persiguen son claros: que los gobiernos mantengan la disciplina fiscal y profundicen en las reformas estructurales. Se pueden demandar cambios más profundos y plazos más cortos en materias como la reducción del déficit, el sistema de pensiones, el mercado laboral. El consejo de gobierno del BCE decidirá, tras evaluar en profundidad la situación del país, el inicio, mantenimiento y finalización de las OMC “siempre y cuando la condicionalidad asociada al programa correspondiente sea cumplida estrictamente”, según explica el Banco de España.