CRISIS POLÍTICA

El presidente depuesto de Kirguistán, dispuesto a dimitir y a abandonar el país si garantizan su seguridad

El Gobierno provisional ha privado de inmunidad a Bakiyev y ha amenazado con detenerlo en caso de que no se entregue

MOSCÚ Actualizado: Guardar
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El depuesto presidente de Kirguistán, Kurmanbek Bakiyev, está dispuesto a renunciar al cargo si el Gobierno provisional le garantiza la seguridad a él y a su familia. Las declaraciones de Bakiyev se producen después de que el Gobierno provisional anunciase que había privado de inmunidad al dirigente, refugiado en el sur del país, y amenazase con detenerlo si no se entregaba hoy mismo.

"Vemos que intenta dividir el país en el sur y el norte. Si incita a la guerra civil, tomaremos medidas adecuadas para detenerlo", ha señalado el viceprimer ministro, Azimbek Beknazárov, ex fiscal general de ese país de Asia Central, que lamenta que Bakiyev no haya tomado aún la "decisión sensata" de presentar su dimisión formal. Además, el Gobierno provisional formado por la oposición tras derrocar al presidente, al que acusaba de autoritarismo, abusos, nepotismo y corrupción, le ha incoado un caso penal.

Por otro lado, Beknazárov ha informado de que el Gobierno provisional ha suspendido la actividad del Tribunal Constitucional, convertido en un "instrumento de poder" de Bakiyev, y ha destituido a la presidenta de la Corte Suprema, Dzhamiul Alíeva.

Bakiyev afirma que el nuevo Gobierno carece de respaldo pupular

Bakiyev se ha dirigido brevemente a sus partidarios en Jalal-Abad, insistiendo en su versión de que los opositores que se manifestaban frente a la sede del Gobierno fueron los primeros en abrir fuego contra las ventanas de su despacho, y que los cuerpos de seguridad sólo dispararon en respuesta cuando empezó el asalto del edificio.

Bakiyev se ha mostrado convencido de que el Gobierno provisional no cuenta con amplio respaldo popular de la población y ha restado importancia a las conversaciones telefónicas de la nueva líder kirguís, Rosa Otunbáyeva, con el primer ministro ruso, Vladímir Putin, y la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton. "Una llamada por teléfono aún no significa que Putin o Clinton apoyan a Otunbáyeva. A mí ellos no me llaman porque aquí no pueden contactarme", ha asegurado.

El presidente depuesto apareció por primera vez en público ayer durante un discreto mitin en su pueblo natal, en el que advirtió de que si el Gobierno provisional trata de detenerle, habrá un derramamiento de sangre. "Que lo intenten. Correrá sangré", dijo Bakiyev en alusión a su clan familiar y a los partidarios que le protegen en su refugio.

Por otro lado, el Ministerio de Sanidad ha anunciado que tras el fallecimiento de otras dos personas en los hospitales asciende a 83 muertos y más de 1.600 heridos el número de las víctimas de los violentos choques de las fuerzas de seguridad con manifestantes opositores de la semana pasada.