TURISMO

Suben unos 500 euros las vacaciones familiares en la playa en Cádiz

El turismo familiar y de costas es el que más se encarece debido a la gran demanda de la península Ibérica por parte de touroperadores internacionales

Las agencias de viaje lidian ahora con problemas de overbooking y con la fuga de viajeros nacionales a destinos refugio

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Las agencias de viaje y los hoteleros habían avisado de que este verano había que reservar con antelación para evitar quedarse sin plaza en el destino deseado, especialmente si es nacional, más aún, si es en la misma provincia de Cádiz.

Ya es un hecho. Se agotan las habitaciones en hoteles de lujo, de calidad media, en pensiones e incluso en campings, en los que ya no reservan parcela para julio, como en el caso de El Palmar.

El segundo daño colateral para el vecino de Cádiz y del resto de Andalucía, quienes siguen siendo el grupo más nutrido de viajeros que pernoctan en las costas gaditanas, es que suben los precios. «Muchos touroperadores están comprando habitaciones hasta noviembre, cuando no se quedan con el año entero, así que para los turistas nacionales quedan pocas plazas y las que quedan suben de precio», explica el agente de Viajes Barceló, Vicente Ortega.

De esta forma, si una semana de estancia para una familia con uno o dos hijos en un alojamiento de cuatro estrellas costaba el verano pasado (en julio y agosto) unos 1.500 euros, el mismo paquete vacional ha subido para el mismo periodo de 2016 hasta los 2.000 euros. Registrándose así una subida del 25% del coste en tan sólo un año, especialmente en hoteles familiares o en 'only adults', que son los más demandados y de los que se encuentran menos ofertas de precio.

En las agencias de viaje lidian ahora con otros problemas, como los de 'overbooking', que les obliga a ofrecer destinos alternativos a las costa de Cádiz. Como ejemplo, sale más barato un viaje para una familia de cuatro personas de cinco días a París con vuelos y alojamientos por unos 2.000 euros que contratar solo el alojamiento por el mismo tiempo en un hotel de cuatro estrellas de Sancti Petri. En este punto cabe apuntar que en cualquier buscador a través de internet aparecen alojamientos por 400 euros la noche, en julio y agosto. Los más baratos ya se vendieron semanas atrás.

Qué demandan los gaditanos

Pero los gaditanos también demandan un periodo de vacaciones alejados de sus rutinas, aunque tengan a sus pies las mejores playas atlánticas de Europa. En estos casos, los agentes inmobiliarios consultados apuntan que los más demandado en Cádiz son los cruceros, aunque muchos se reservaron ya en noviembre o a principios de años, para asegurarse un mejor precio y las cabinas familiares con capacidad para tres y cuatro personas.

En segundo lugar, siguen demandando estanacias en hoteles de la provincia, a pesar de que el precio haya subido hasta un 25%, respecto al verano pasado, como en buena parte de la península Ibérica. Muchos se plantean ahora viajar al norte de España, que hasta ahora ha sido más caro que la propia costa de Cádiz.

«Un destino refugio que están comenzando a pedirnos en Cádiz es Islas Mauricio, especialemente aquellos que ya han viajado un par de veces por el Caribe y buscan algo desconocido. Hay que tener en cuenta que unas vacaciones en la costa de Cádiz se están equiparando en precios a cualquier paquete vacacional en el Caribe», apunta Vicente Ortega.

Los circuitos en autobús por Europa están retomando el protagonismo que habían perdido años atrás. Son baratos y ofrecen la posibilidad de viajar sin tener que hacer planes alojándose en buenos hoteles. Suelen ser más demandados por personas que viajan ya sin hijos o que aún no los han tenido. Un viaje de estas características para una semana o diez días no llega a los mil euros de precio medio.

La opinión de los expertos

Desde Exceltur alertan de que esta gran demanda, que por supuesto siempre es mejor recibida que la escasez de la misma, tiene también sus peligros. Desde la Liga por la Excelencia Turística, donde trabajan las marcas turísticas más importantes de España, destacan el notable ritmo de crecimiento de la actividad turística, especialmente de «los flujos de demanda turística prestada, por inseguridades derivadas de adversidades geopolíticas en terceros países».

Avisan de que se plantean nuevos retos de una estrategia que siga basándose en el mayor crecimiento de afluencia, «sin mejorar la derrama del turista, por el creciente predominio de servicios asociados a los de menor gasto promedio». Desde Exceltur consideran que esto generará «diversos desequilibrios en los destinos, impactando sobre la sostenibilidad del modelo turístico español».

Y van más allá: «Ya no podemos seguir creciendo desenfrenadamente en volumen, saturando o superando las capacidades de carga de algunos destinos, con unas contrapartidas además menguantes en cuanto al ingreso medio que nos deja cada turista en muchos casos».

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