Coronavirus
Cádiz vislumbra el inicio del fin en el aniversario del primer contagio
El 7 de marzo del año pasado la Junta notificó el primer caso de coronavirus en la provincia; cuando acabó su cuarentena, la pandemia había paralizado el país
El Covid-19 ha dejado en el último año 1.289 muertes, 4.905 pacientes hospitalizados y más de 70.000 contagios
Hoy hace justo un año que la Consejería de Salud y Familias notificó el primer positivo en coronavirus en la provincia de Cádiz . Fue un sábado 7 de marzo, cuando los focos se centraron en un varón de 55 años, militar de la base de Rota cuya familia había viajado a Milán en las últimas semanas.
Lo que en un primer momento fue considerado un caso excepcional, acabó siendo sólo el principio de la pesadilla que cambiaría a Cádiz para siempre. Javier Jiménez, subteniente de la Armada, salió de su vivienda por primera vez un mes después, cuando en una entrevista con LA VOZ se ofreció como voluntario para luchar contra el Covid-19 junto a sus compañeros del Ejército.
En apenas unas semanas, el mundo se había concienciado de que afrontaba la mayor pandemia globan en un siglo y todos los gaditanos estaban confinados en sus viviendas salvo fuerza mayor, con miedo a un virus desconocido que paralizó el país.
Probablemente aquel contagio no fue el primero, dadas las dificultades para detectar la transmisión por aquel entonces. Lo cierto es que a partir de esa semana comenzó un goteo que fue a más, con olas cada vez más duras, siendo la tercera la peor de todas para los gaditanos.
El balance ofrecido por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía arroja datos demoledores. En este periodo han fallecido 1.289 gaditanos con Covid-19; la cifra de muertes provocadas por la pandemia puede ser incluso mayor, ya que sólo se contabilizan las personas que han fallecido tras haber dado positivo. Además, han sido notificados 70.710 contagios -una cifra que también se queda corta, teniendo en cuenta los resultados de los estudios de seroprevalencia-, de los que 4.905 han sido requerido hospitalización y 530 han llegado a un estado crítico al pasar por la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
La primera ola fue la más dura a nivel nacional, pero la que menor incidencia dejó en la provincia gaditana
La primera ola fue la más dura a nivel nacional, pero la que menos contagios y fallecidos dejó en la provincia de Cádiz. Los datos de aquellos meses estaban condicionados por la falta de pruebas diagnósticas; el rastreo era entonces una utopía y el Gobierno tomaba el control de todo el material sanitario ante la falta de Equipos de Protección Individual (EPI).
Muchos sanitarios recuerdan aquellos primeros meses como los más duros. Por el miedo a lo desconocido, la falta de preparación y de materiales. Desde el inicio de la pandemia han enfermado por Covid-19 1.765 profesionales , aunque la campaña de vacunación ha permitido la inmunización de este colectivo en las últimas semanas. Además, los niveles de incidencia entre los sanitarios disminuyó conforme avanzaban los meses; en primer lugar, por la mejor preparación y protección, y en segundo lugar, ya con la entrada de 2021, por los efectos de la vacuna.
Sin embargo, cuatro de ellos no pudieron superar la enfermedad. Manuel, Mari Ángeles, Mariola y Óscar Jaime fallecieron durante el primer semestre de la pandemia, en plena batalla contra el coronavirus. LA VOZ reconstruyó sus historias en este reportaje y se hizo eco de las dificultades de los familiares a la hora de cobrar la pensión de viudedad al considerarse su contagio en un primer momento como «enfermedad común».
Otros sectores esenciales también se vieron afectados por los contagios. Por ejemplo, han dado positivo en coronavirus 273 miembros de las Fuerzas Armadas y los Cuepros de Seguridad; 155 trabajadores del personal de ayuda a domicilio; o 41 farmacéuticos.
Sin embargo, el gran foco de contagios y fallecimientos estuvo en las residencias de mayores. Uno de cada cuatro fallecidos gaditanos era usuario de estos centros, donde el coronavirus mostró una mayor mortalidad. En total, dieron positivo 1.218 ancianos y 479 empleados, según el registro oficial. Desde hace unas semanas, gracias a los efectos de la vacuna, no se registra ningún positivo en residencias; y las pocas en las que se mantenía la intervención de la Junta han sido desmedicalizadas.
La segunda y la tercera, las peores
Tras semanas de confinamiento total y un periodo de desescalada que disminuyó el número de contagios hasta niveles mínimos -que no se han vuelto a repetir-, la provincia de Cádiz reactivó sus sectores más competitivos para salvar el verano. Durante la primera ola fue uno de los lugares menos afectados de España por el avance del Covid-19 y se convirtió en la temporada estival en uno de los destinos más demandados.
La tercera ola concentró más de la mitad de contagiados y fallecidos en Cádiz, donde había menos inmunizados
Las consecuencias empezaron a hacerse notar en septiembre, aunque los niveles de incidencia más altos hasta ese momento se registraron entre octubre y noviembre . Las labores de rastreo, con las que se intensificó la realización de pruebas y el control de los contactos, permitieron detectar muchos más contagios, aunque los hospitales, esta vez sin el blindaje de un confinamiento severo, duplicaron el récord de ingresos hospitalarios por Covid-19 registrado en abril. Las competencias, ya descentralizadas, cayeron en manos de la Junta de Andalucía, que afrontó el incremento de casos, al igual que el resto de comunidades, con restricciones a la movilidad y al ocio. El toque de queda, una medida excepcional propia de contiendas bélicas, llegó para quedarse, al menos hasta el momento.
El descenso de contagios permitió abrir la movilidad durante las fiestas navideñas, a las que miles de familias gaditanas llegaban agotadas tras tantos meses de restricciones. Sin embargo, durante ese periodo se demostró que, una vez flexibilizadas las restricciones, llegaba el incremento de contagios. Además, todo hace indicar que la cepa británica aceleró el ritmo de contagios, siendo el Campo de Gibraltar la primera comarca en la que la Junta de andalucía tuvo que intervenir –aún en plenas fechas navideñas– con cierres perimetral. Y en toda la provincia Cádiz, donde hasta ese momento la incidencia del Covid había sido más baja que en otros territorios de su entorno, la tercera ola golpeó más fuerte que nunca.
A lo largo del 2021 , en un periodo que apenas concentra dos de los doce meses de la pandemia, se han confirmado 38.801 positivos, más de la mitad de los casos de coronavirus registrados desde marzo. Como consecuencia, han sido ingresados 2.524 enfermos de coronavirus y han fallecido 722 personas; ambos registros representan más de la mitad del total desde marzo.
Durante esas semanas se vivieron récords históricos desde el inicio de la pandemia , con balances diarios que llegaron a superar los 2.000 casos notificados en 24 horas y los 30 fallecidos en un solo día. Además, la tasa de incidencia alcanzó los 1.008 casos activos –detectados en los últimos 14 días– por cada 100.000 habitantes.
El milagro de la vacunación
La aprobación de la vacuna ha sido un auténtico milagro médico que ha cumplido las predicciones más optimistas, reduciendo el periodo habitual para el desarrollo de este tipo de fármacos. Era difícil imaginar hace apenas un año que a diario el Servicio Andaluz de Salud (SAS) esté vacunando a cientos de gaditanos , en una campaña de inmunización sin precedentes.
Durante las últimas semanas se han generado dudas sobre el avance de las mismas, teniendo en cuenta que la administración pretende tener vacunada a un 70 % de la población de cara al verano . Es un objetivo ambicioso que dependerá de la entrega de las farmacéuticas, aunque de él dependerá la mejora de la economía en los próximos meses. Hasta el momento, el SAS ha inyectado las dos dosis de la vacuna a 34.904 gaditanos –una cifra que se incrementa sin pausa por semanas y que a estas alturas ya supone casi la mitad del total de personas que han pasado el Covid– que ya están inmunizados. En total, se han administrado 125.909 dosis en la provincia de Cádiz.
De momento, la Junta ha preferido evitar una desescalada rápida durante unas semanas para esperar la llegada de las vacunas y poder intensificar así la campaña de inmunización. De ella dependerá la Semana Santa, en la que pese a todo se mantendrán restricciones -el debate está en qué tipo- y, sobre todo, el verano.
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