Coronavirus
«Cobrar la pensión es lo de menos; quiero que reconozcan a mi marido»
La muerte de sanitarios fallecidos por coronavirus en Cádiz se consideró «enfermedad común» y sus familiares siguen inmersos en un proceso judicial meses después
Los sanitarios que fallecieron con coronavirus son considerados los héroes de esta pandemia y siguen recibiendo casi a diario reconocimientos de todo tipo. Sin embargo, para muchos todo ha quedado en gestos. Oficialmente, las administracioes consideran que su muerte no estuvo relacionada con un «accidente laboral», con un contagio producido durante su trabajo en la lucha contra el Covid-19, sino por una «enfermedad común». A efectos prácticos, se refleja que no fallecieron por la labor que desempeñaban en un contexto excepcional como la mayor crisis sanitaria del último siglo.
Meses después, cuando la campaña de vacunación empieza a marcar el principio del fin de la pesadilla –con permiso de la tercera ola–, los familiares siguen inmersos en reclamaciones y procesos judiciales que alargan la agonía e impiden cerrar la herida.
« No es la pensión lo que me importa, sino el honor . Lo que mi marido hizo no debe quedar en balde y tienen que reconocer su mérito. No murió por una enfermedad común y es algo que hago como por orgullo hacia él. Quiero que se lo arreglen porque no conocen lo que él hizo en ese momento. Nunca dijo que no. Estuvo al pie del cañón y sería lo más justo».
Óscar Jaime falleció tras dar positivo en coronavirus a los 52 años; había trabajado en una residencia medicalizada por un brote y en la ambulancia de pacientes críticos
Las declaraciones son de Gladis del Socorro, viuda de Óscar Jaime Velázquez, médico fallecido en el hospital de Jerez a sus 53 años. Ambos llegaron a España desde Colombia, donde Óscar Jaime era un médico domiciliario con casi dos décadas de experiencia en la ciudad de Medellín. Desde su llegada en 2018 a España, donde se mudó para vivir junto a Gladis, desempeñó empleos temporales en la bolsa del Servicio Andaluz de Salud (SAS) , varios durante la pandemia.
Uno de ellos, por el que obtuvo más reconocimientos, fue en la residencia de mayores La Marquesa, en Jerez, donde se detectó uno de los brotes más preocupantes de la provincia de Cádiz –80 contagios–. Gladis tiene grabada la frase de su marido, consciente de la gravedad de la situación, tras recibir aquella oferta de trabajo: «Me voy a la guerra» .
Trabajó en aquel centro hasta que el último anciano dio negativo y recibió los aplausos de los trabajadores: «Estuvo ahí desde el primer día. A diario tenía una sonrisa para los abuelos y los compañeros, pese a todo». En verano pasó a trabajar en ambulancias de dispositivos de cuidados críticos y urgencias (DCCU), donde siguió en contacto con pacientes Covid. Tras dar positivo en septiembre, fue ingresado en el hospital de Jerez, donde falleció semanas más tarde.
El problema es, como ocurre con muchos pacientes, que no hay forma de demostrar dónde y cómo se contagió. Hay indicios, pero ninguna prueba definitiva. Y por eso el parte médico de baja por incapacidad temporal, con fecha 9 de septiembre y que ahora determina el motivo de la muerte, considera que su baja fue por una «enfermedad común» .
Un decreto ley aprobado en mayo acordó que la baja de los sanitarios en activo contagiados por Covid-19 se consideraría accidente de trabajo, pero mientras durase el Estado de Alarma
Todo ello cuando, desde el 26 de mayo, un decreto ley acordó que la baja de los sanitarios en activo contagiados por coronavirus se consideraría accidente de trabajo, sin necesidad de mostrar una relación de causalidad directa entre trabajo y lesión. Sin embargo, ese decreto establecía una consideración: esto ocurriría mientras durase el Estado de Alarma , que terminó el 21 de junio y volvió a aprobarse en octubre.
Durante ese periodo intermedio, ese vacío legal condenó a la familia de Óscar Jaime, que ahora ha puesto el tema en manos de un abogado tras varios intentos fallidos. Según Gladis, su mujer, la Seguridad Social le trasladó que debía haber un error. Por ese motivo, acudió al hospital de Jerez, donde, siempre según su versión, recomendaron iniciar un procedimiento para el cambio de contingencia.
Los familiares de estos profesionales de la Sanidad, víctimas colaterales, están cansados de gestos. Quieren hechos. LA VOZ publicó en noviembre un reportaje para homenajear a los sanitarios fallecidos por la pandemia en la provincia de Cádiz y Jesús Clavijo, hijo de una de las cinco víctimas mortales, declinó participar en él: «No quiero homenajes, quiero que el problema se solucione».
El caso de Manuel Clavijo, profesional de limpieza durante más de 20 años en el hospital de Jerez , está en los tribunales. Contratado por la empresa CLECE, ingresó directamente a la UCI el sábado 22 de marzo, un día antes de que entrara en vigor el Estado de Alarma. Por aquel entonces todos los contagios se consideraban contingencia de carácter común y ni siquiera el BOJA de mayo mejoró su situación, ya que sólo planteaba una ampliación de la cobertura para personal sanitario y socio-sanitario (residencias).
Manuel Clavijo ingresó en la UCI el día antes de que se aprobase el confinamiento;su familia ha denunciado a la empresa porque no contó con «las medidas necesarias de protección»
«Parece que para los celadores, personal de limpieza y personal administrativo no se considera accidente de trabajo. Pero es que el personal de limpieza es el que desinfecta todo el hospital. Es obvio que lo cogió allí », plantea Jesús Clavijo, que ha presentado junto a su madre una denuncia a la Inspección Laboral y otra ante el Juzgado de lo Social.
La denuncia sostiene que la empresa concesionaria del servicio de limpieza no cumplía con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Eran las primeras semanas de pandemia y, como ocurrió en la mayoría de centros sanitarios, escaseaban mascarillas, EPIs y demás materiales de protección.
Manuel Clavijo estuvo expuesto al Covid-19, «prestando servicios sin disponer las medidas necesarias para su protección» regulados por «los protocolos emitidos por Sanidad», expone el escrito. Durante ese mes, esgrime el documento, el profesional estuvo desinfectando en las dependencias de consultas externas y quirófanos del Hospital. Su hijo añade que también estuvo en Dermatología, donde se detectó uno de los primeros brotes de coronavirus en aquellas fechas, y la denuncia relaciona estos hechos con el fallecimiento: «La empresa no adoptó ninguna medida con el fin de evitar el riesgo derivado del trabajo, patología que le provocó la muerte» . Este medio ha intentado contactar con CLECE para recabar su versión, pero no ha obtenido respuesta.
«Mi padre cogió el coronavirus en el hospital, de eso estoy seguro. Era una persona de ir del trabajo a casa y de casa al trabajo y de la familia nadie más se contagió», manifiesta con rotundidad el hijo. «Mi madre estuvo siete meses sin cobrar ninguna pensión. Se pasaban la bola de unos a otros -de la Mutua a la Seguridad Social-. Ahora mismo la cobra, pero como enfermedad común», explica.
Los denunciantes solicitan una ampliación de la prestación de viudedad y la asignación de una de orfandad, así como el auxilio por defunción e indemnización especial . «Es muy injusto. Se recorría todas las plantas y estaba expuesto en un sitio de riesgo laboral. Desgraciadamente a él no me lo va a devolver nadie, pero vamos a ir a por todas», concluye el hijo. Su padre hubiera cumplido mañana 60 años.
Tanto Gladis como Jesús piden la colaboración de la administración para que el reconocimiento no se quede sólo en palabras. «Fíjate hasta dónde hemos llegado. Esto no ayuda, sino que mortifica; la mente se queda con el dolor», concluye Gladis.
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