El Padre Felipe, satisfecho

«He tenido problemas de faringitis, de antiestamínicos que me han dejado la garganta seca. Luego me he venido arriba, pero eso es la vida, con bajadas y subidas, y eso es justo lo que he querido transmitir: la vida, y no artificios. No sé con qué quedarme, estoy volando en una nube».

Pero lo que más sobrecogió al pregonero ayer fue la acogida del pueblo de Jerez tras el pregón. «La gente se ha volcado, qué voy a decir yo de la gente de Jerez». Afirmó haberse sorprendido, ya que «no esperaba esta respuesta. Ese final con palmas por bulerías es para vivirlo aquí; ha merecido la pena sin ninguna duda», afirmó exhausto el pregonero minutos después de concluir su pregón.