«Problemas como el insomnio se agravan cuando se trabaja a turnos»

Una de las principales quejas de los trabajadores cuando superan la barrera de los 550 años es el hecho de no poder conciliar el sueño. Un problema que se agrava cuando el empleado, además está trabajando a turnos. En las jornadas sobre riesgos laborales derivados del envejecimiento organizadas por la Junta la pasada semana se puso sobre la mesa este problema. Concretamente, María Eugenia González y José Manuel Romero Sánchez, médicos de Airbus, aclararon las dudas de los asistentes sobre el tema.

–¿Es más fuerte la incidencia del insomnio conforme el trabajador tiene más edad?

–Con la edad, los patrones de sueño tienden a cambiar. A medida que nos hacemos mayores aumenta la dificultad para conciliar el sueño, los despertares durante la noche se hacen más frecuentes y nos despertamos más temprano por la mañana.

Es una consecuencia del envejecimiento.

–Además, no creo que a quien padezca este problema le venga bien el sistema de turnos.

–Sí, esta circunstancia puede verse agravada si la persona trabaja a turnos.

–¿Qué consecuencia tiene para las empresas la aparición de insomnio en buena parte de sus trabajadores?

–La aparición de insomnio en sus trabajadores repercute a las empresas en términos de reducción de la productividad, aumento de los accidentes de trabajo, incluidos los accidentes ‘in itinere’ e incremento del absentismo. Sin embargo, es necesario destacar que éstas son repercusiones indirectas de las que sufre el propio trabajador, que como persona experimenta una reducción considerable de su calidad de vida y de su salud. Es por ello que el insomnio debe ser prevenido, reconocido y tratado de manera precoz y efectiva para evitar el malestar o deterioro que supone este problema en todos los aspectos de su vida.

–¿Qué pueden hacer las empresas para evitar la aparición de este problema?

–En el caso de los trabajadores a turnos, y en el contexto de la promoción y prevención de la salud, los servicios de prevención de las empresas juegan un papel importante y deberían llevar a cabo programas de intervenciones que combinen distintas estrategias terapéuticas para realizar un abordaje integral del problemas. Así por ejemplo, hay que fomentar entre los trabajadores una educación para la salud con información sobre la estructura del sueño, la influencia de la edad y los turnos, las horas necesarias de descanso, además de contemplar las variaciones individuales de cada caso.

–¿Y qué consejos se le pueden dar al trabajador?

–Habría que recordarle que el sueño es el reflejo del funcionamiento diurno. Hay que tener en cuenta que para conciliar bien el sueño la importancia del condicionamiento y de los procesos mentales, el efecto de ciertas sustancias etc. Hay que cuidar lo que se conoce como medidas de higiene del sueño, como crear un ambiente adecuado para el sueño preparando el dormitorio, irse a la cama sólo cuando se tenga sueño, evitar comidas copiosas antes de acostarse, evitar utilizar aparatos electrónicos con pantallas retroiluminadas en las dos horas previas al sueño nocturno, realizar un ejercicio físico moderado al final de la tarde , etc. Ya en otro nivel, el trabajador puede recurrir a intervenciones de orientación psicológica con técnicas de relajación progresiva y control de la respiración, reestructuración cognitiva y terapia de descondicionamiento. En algunas ocasiones, es necesario tratamiento farmacológico o, si nada funciona, buscar atención especializada cuando la situación lo requiera.