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SUCESOS

Un camionero, un conseguidor y un butronero: así se gestó el robo de los 300 kilos de droga en Cádiz

La droga salió el mismo día para Madrid y después a Reino Unido, gracias a la colaboración de los Miami, una red experta en dar salida internacional a grandes cantidades de cocaína

MARÍA ALMAGRO
CÁDIZActualizado:

El robo de los 300 kilos de droga del búnker de la Subdelegación de Cádiz no fue algo casual. No se trató del ‘palo de la vida’ de unos simples butroneros aficionados. Tras este golpe que ha tenido en vilo a la Policía casi cinco años y sobre el que han caído jarros y jarros de críticas y polémicas por el cómo pudo pasar, hay muchísimo más. La operación, que continúa abierta, ha logrado destapar las artes en el narcotráfico –entre otras especialidades- de una banda de verdaderos profesionales del delito que, además, se enriquecían y reinvertían en el ‘negocio’ para seguir amasando cientos de millones de euros. Quizá, como ocurre en la mayoría de estos casos, esa avaricia fue uno de los factores que acabó llevándoles hace justo una semana a prisión.

Tal y como adelantó este periódico , el pasado jueves se detenía en Chiclana a algunos de los miembros de esta organización. Tres hombres y una mujer, que finalmente quedaba en libertad con cargos, mientras que ellos ya dormían el mismo sábado en Puerto II. Pero todo había empezado unos años antes. Cuando Pedro P. B., chiclanero de 34 años, conoció a Jacobo M. G., 38 años, de Madrid. Perico trabajaba en la empresa de camiones de su padre que se encargaba de hacer los portes de la droga intervenida en la provincia de Cádiz y llevarla hasta el lugar donde se destruía. Era por tanto un hombre clave. El transportista, el infiltrado que les podía mantener informados de cómo funcionaba el depósito, a qué hora se hacían los turnos de vigilancia, si había buen material o no o en qué punto concreto del almacén se escondía la droga. Jacobo por su parte, y según apuntan las investigaciones, ponía la experiencia por su presunta pertenencia a una banda experta en robos con fuerza, butrones y vuelcos (robo de droga entre narcos). Pero además, sumaba otro punto a su favor: sus contactos. Ahí es donde aparece Sergio I. G., 44 años, también de Madrid y el encargado presuntamente de montar la infraestructura tanto para ejecutar el golpe como para dar salida a la droga. Sergio se convierte en la persona encargada de convertir el codiciado botín en billetes.

Pero no actuaron solos. Participó más gente. De momento hay seis detenidos. Ellos tres, Candelaria, la expareja de Jacobo, que quedó en libertad, y otros dos implicados más que cayeron en una operación antidroga desarrollada en Navalcarnero (Madrid). Además para el robo de aquella madrugada del 1 de octubre de 2012 contaron al parecer con la participación de gente captada por Sergio y que viajaron desde Ibiza para cumplir con la misión.

La droga, del ‘Nikolay’ a Madrid

Como se recordará para dar el palo tuvieron cuatro horas. Desde poco más de las once de la noche, cuando llegaron al almacén de la calle Granja de San Ildefonso, hasta pasadas las tres y media de la madrugada, cuando el camión de Pedro salió cargado con los 200 kilos de coca y los cien de hachís hacía Madrid. Así, de una misma atacada, se llevaban la droga “de gran pureza” que un mes y pico antes se había intervenido frente a las costas gaditanas en el buque ‘SV Nikolay’ a unos búlgaros que la trasladaban desde el Caribe y que tenía como primer destino Galicia. Además de propina se llevaban el hachís.

Una vez en Madrid, había que distribuirla rápido. Según ha podido saber este periódico, no fue el mismo día cuando se le dio salida. La droga estuvo custodiada por la banda hasta que Sergio remató el trato con otro grupo de expertos en colocar la mercancía fuera de España: los ‘Miami’, una peligrosa red dedicada al narcotráfico y el blanqueo, muy conocidos en la noche madrileña y entonces, con gran poder y autoridad en el negocio. Sergio había conocido a uno de ellos a través del concesionario que regentaba en la capital. Así fue como parte de la droga salió para siempre hacia Reino Unido.

A falta de conocer más detalles, los registros que se efectuaron en Madrid ahora hace algo más de un mes, también dieron sus frutos. Varios coches de alta gama requisados, entre ellos alguno robado, matrículas falsas, numerosa documentación y unas ‘generosas’ plantaciones de marihuana que al parecer habían montado en unas naves industriales. Fue en esta operación donde justamente cayeron dos implicados de esta trama.

Una vida de lujos

Mientras, en Chiclana, los detenidos mantenían, según se apunta, un nivel de vida lleno de lujos y descontrol. Por un lado Pedro, el más joven. Pasó de ser un camionero a no escatimar en gastos para él y sus amigos y sus famosas fiestas en Marbella o las playas de Cádiz. También montó un negocio de móviles y en 2014 un bar de copas en La Barrosa. Además tenía un barco que compartía con sus compinches y que alquilaban para despedidas.

O Jacobo, quien se instaló con su expareja Candelaria en Chiclana, se hizo empresario montando un club de pádel en 2014 y metiéndose a fondo en ese mundillo, incluso colaboraba con la Federación Andaluza. Quería que su club fuera referencia a nivel nacional. Sin embargo, todo acabó. El día que la Policía lo detuvo le llevó allí mismo para que estuviera presente en el registro.

¿Cómo se dio con ellos?

Otro de las grandes preguntas es cómo se ha logrado después de tanto tiempo dar con ellos. Y es que a pesar de que se les haya detenido ahora, no significa que no se haya estado trabajando en el caso sino que se ha preferido actuar una vez que el puzle estaba completo y se podía llevar ante el juez a un mayor número de implicados y de pruebas. Además, también ha tenido mucho que ver el trabajo que desempeñan en la provincia los agentes de la UDEV de Cádiz, quienes fueron capaces de poner en pie toda la investigación una vez que se les encomendó, incluso trasladándose hasta Madrid para continuar allí con sus pesquisas.