Cae la banda que robó los 300 kilos de droga del búnker de la Subdelegación en Cádiz

Fue el robo de este siglo en Cádiz. El que más ampollas levantó y el que provocó un escándalo que saltó de inmediato y en letras grandes a todos los medios nada más conocerse la noticia. Unos ladrones se habían llevado 300 kilos de droga, la mayor parte cocaína, del depósito oficial de la Subdelegación de Cádiz. El estruendo que provocó todo aquello no fue para menos. Habían asaltado el búnker de la provincia donde prácticamente se incauta la mitad de la droga que se requisa en toda España. Ocurrió en octubre de 2012 y esta semana, cinco años después, la Policía ha logrado detener a los presuntos culpables.

Según ha podido saber este periódico, los detenidos en la provincia son cuatro, tres hombres y una mujer que este sábado pasaban a disposición judicial.

El juzgado decretaba para todos ellos prisión, a excepción de la acusada que quedaba en libertad. La toma de declaración ante el juez se prolongó durante más cinco horas en los juzgados de San José. Tras tomarles testimonio y valorar todos los elementos de prueba que han obtenido los investigadores en la operación, los implicados eran trasladados directamente a la cárcel. Entre los acusados se encuentran el cabecilla de la organización en la provincia y una persona que se encargaba del traslado de la droga intervenida para su destrucción.

Los presuntos ladrones eran detenidos este pasado jueves en el marco de un importante operativo policial que ha dirigido la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Judicial de la Comisaría Provincial de Cádiz. Además de los cuatro arrestos se realizaron diferentes registros en domicilios con el apoyo de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de Cádiz, donde se incautaron algunos bienes e importantes pruebas.

Una complicada operación

La resolución del caso ha llegado gracias a la labor y la entrega que le han dedicado durante ocho meses de pesquisas los agentes de la UDEV de Cádiz, que fueron capaces de ir atando cabos y descubrir que tras este asalto se encontraba una banda especializada en robos por medio de butrón. Poco a poco y resolviendo engorrosas pistas pudieron ir montando un complicado puzle que además tenía algunas de sus piezas en Madrid. De ahí que también se hayan producido en la capital de España varios registros y detenciones de personas que presuntamente están también implicadas.

A falta de que se ofrezcan más datos, todo apunta a que podría tratarse de bandas conectadas entre sí con diferentes funciones: los que robaban y los que se encargaban de distribuir la droga que obtenían por todo el país. Se les acusa de cuatro delitos: pertenencia a grupo criminal, delito contra la salud pública, falsedad documental y blanqueo de capitales. A falta de conocer más detalles que se ampliarán en los próximos días, el hecho de que se le imputen estos delitos da las claves de que se ha tratado de una investigación muy compleja, a la vez que importante, que ha logrado relacionar el narcotráfico con el enriquecimiento que este negocio ilícito suponía para los acusados.

Se cierra un ciclo

Con el arresto e ingreso en prisión de sus supuestos autores se cierra un ciclo que comenzó un 1 de octubre de 2012. Cayó en fin de semana. De la sorpresa inicial se pasó rápidamente al escándalo. Nadie entendía cómo había sido tan fácil que unos ladrones se llevaran 300 kilos de droga de un supuesto búnker y nadie viera nada. Ahora estas detenciones dejan claro que los ladrones no eran tan aficionados como en un principio se creyó y que además contaron con la ayuda de al menos, una persona que trabajaba en el traslado, conocía aquel almacén de la calle Granja de San Ildefonso y las horas de trabajo y vigilancia que había. Pero aquel robo entonces fue descubierto por casualidad y muchas horas después, cuando un conductor fue a llevar un coche oficial al inmueble y observó desperfectos. Se llevaron discos duros con algunas imágenes de las dos cámaras aunque se habían asegurado de desactivar otras dos. Las carencias materiales del búnker propiedad de Subdelegación eran alarmantes. Ni siquiera saltó la alarma.

Un informe oficial estableció que los sistemas de vigilancia y alerta estaban «obsoletos». Eran de 2002, diez años antes, y apenas habían recibido mantenimiento. Mucho menos sustitución «por motivos presupuestarios». De las pocas grabaciones se extrajeron algunas conclusiones. Difusas.

El robo se prolongó durante cuatro horas, de 23.07 a 3.34 de la madrugada según la investigación. Habrían participado varias personas que accedieron por una ventana lateral y forzaron la puerta del almacén con una palanca. No fueron silenciosos, ni rápidos. Hasta cinco veces llegaron a entrar y salir por el hueco de una ventana, metieron herramientas, dieron viajes cargados e hicieron amago de huir. Finalmente sacaron unos 200 kilos de cocaína y 100 de hachís con carrito y con las manos.

La única forma que quedaba de detectar algún tipo de intromisión en el depósito era el visionado «permanente» del monitor donde llegaban las imágenes. Una pantalla con poca luz y definición, de 14 pulgadas, cuya pantalla estaba dividida en nueve subsectores. El cúmulo de deficiencias solo se resolvió expedientando a diez agentes de la Policía Nacional pero nunca se depuraron responsabilidades administrativas o políticas. El de Cádiz fue el tercero. Antes ya había pasado lo mismo en Sevilla y en Málaga.

En los próximos días se espera que se den más detalles de todo el operativo y las conclusiones que se han podido obtener tras esta investigación que finalmente ha logrado con éxito identificar, detener y poner delante de un juez a los supuestos ladrones. La operación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones.