Cádiz vive un Domingo de Ramos en todo su esplendor

Domingo de Ramos, el día de los niños, el día de la ilusión y luce el sol en esta jornada mítica para los cofrades que marca el inicio de la Semana Santa. Pasadas las 14.30 horas las puertas del Carmen se han abierto para que La Paz empiece a recorrer las calles de Cádiz tras muchas horas de ensayo, montajes, cultos... Los primeros tramos del cortejo están formados mayoritariamente por niños que portan la alegría de las palmas en la procesión de La Borriquita. Tras el himno ha sonado 'Jesús de la Paz' interpretada por Los Polillas, la Virgen del Amparo también ha salido a las calles gaditanas.

Desde el colegio de Salesianos, según el horario previsto, ha salido la hermandad del Despojado ante la expectación de numerosos fieles. La hermandad estrena paso de misterio en fase de carpintería, de Manuel Oliva, túnico bordado para el Señor y romano, realizado por Romero Zafra.

La puerta de Santo Domingo ha comenzado a llenarse con los primeros penitentes pasadas las cuatro de la tarde. Quedaba aún más de una hora para la salida pero se notaban las ganas y el buen ánimo de los fieles. Los cargadores de la Santa Cena han escuchado las últimas instrucciones y después de la oración ante el camarín de la Virgen del Rosario ha salido, puntual, de su templo.

La última de las cofradías en tomar la salida este Domingo de Ramos ha sido Humildad y Paciencia. A las 18.00 horas se han abierto las puertas de San Agustín y la hermandad ha iniciado su estación de penitencia con los sones de 'Eterno Rey Celestial', himno de la hermandad adaptado a banda de música. Este año Humildad y Paciencia pone en la calle 220 hermanos, algo menos que el año pasado. El ultimo paso de la jornada, el palio de la Virgen de la Amargura, ya recorre las calles de Cádiz.

Sin Las Penas

Con o sin lluvia, la Semana Santa de 2014 ha estado huérfana de una de sus hermandades del Domingo de Ramos. En el día de hoy han realizado estación de penitencia cuatro de las cinco hermandades de la jornada. Lo que no ha podido la lluvia, lo ha podido este año una crisis interna que, aunque ya resuelta, deja a la hermandad en casa.