Madrid presenta recurso contra la reapertura de la mina de Aznalcóllar

Un nuevo conflicto se suma a la lista de enfrentamientos entre el Gobierno central y el andaluz. El Consejo de Ministro decidió ayer presentar un recurso de inconstitucionalidad contra el decreto ley de la Junta de Andalucía que permite la reapertura de la mina de Aznalcóllar (Sevilla) y solicita que ésta quede suspendida hasta que se resuelva el recurso. La reapertura aún está en ciernes y pendiente de adjudicación, pero el proyecto se inscribe en un renacer del sector minero en Andalucía, con numerosas explotaciones rentables y nuevas licencias en el horizonte.

El Gobierno considera que el decreto ley es inconstitucional porque la facultad de reservar zonas para el aprovechamiento minero corresponden exclusivamente al Estado, según la Ley de Minas de 1973. Además, el Consejo de Ministros ha acordado solicitar un conflicto positivo de competencias contra la convocatoria del concurso para la adjudicación de la explotación minera, acordada por resolución del pasado 13 de enero de la Dirección General de Industria, Energía y Minas de la Junta de Andalucía.

El consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, José Sánchez Maldonado, evidenció el disgusto de la Junta y calificó la decisión del Gobierno central como una «auténtica traición» de Rajoy «al pueblo de Andalucía». La decisión del Gobierno de España puede representar en la práctica el final del proyecto de reapertura de la mina, dijo, ya que la impugnación suspende de inmediato el concurso hasta que se pronuncie el Tribunal Constitucional y, en el caso de que el alto Tribunal levantara la suspensión, mientras esté pendiente la resolución del recurso difícilmente se van a presentar ofertas ante la inseguridad jurídica que supone. La decisión del Consejo de Ministros se produce además sin previo aviso por parte del Gobierno central a la Administración autonómica.

También mostró su rechazo el alcalde de Aznalcóllar, un municipio que esperaba que la mina alivie su 30% de paro, y dijo que el pueblo «no se quedara callado».