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Mucho más real que virtual

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Casi un millar de almas cruzaban la Hijuela del Polo. Una auténtico marea azulina enfilaba la antigua avenida de Chiribitos para toparse de frente con Chapín, su feudo. Las gargantas agotadas, los xerecistas vivieron ayer su segundo partido de esta jornada. A pocos metros, los jugadores, acompañados de cuerpo técnico, directiva y familiares, festejaban el pitido final del árbitro. Ayer no jugaba el Xerez, pero no lo parecía. El ascenso no se consiguió, fue virtual, pero el aficionado no entiende de matemáticas cuando la realidad supera lo virtual.

El Xerez seguirá siendo siete días más equipo de Segunda División, aunque el ascenso lo tiene en la mano. Está tan cerca que con sólo sumar un punto de los nueve que quedan en competición ya daría con sus pies en la Liga de las estrellas. El Celta no pudo dar la campanada en el Rico Pérez y a los jugadores no les queda otra que guardarse la euforia y contener la alegría. A medias, ya que ayer muchos se veían en Primera.

Un instante en Primera

Y es que el Xerez estuvo quince minutos en Primera División. El instante en que Edu Moya batió a Calatayud silenció a medio Alicante, pero encendió a todo Jerez. Fue un oasis dentro de este desierto que ha tocado vivir, ya que quince minutos después, Delibasic volvía a poner las tablas en el marcador.

Mientras Jerez se agolpaba en bares para ver el duelo del Hércules, los xerecistas cambiaban el azulino deportivista por el celeste celtiña y se reunían en el Hotel AC para presenciar lo que podría ser el salto definitivo de categoría. No hubo suerte y todo quedó en un empate, aunque la fiesta fue muy parecida a la que se podría dar este próximo fin de semana. Al igual que 24 horas antes, los protagonistas volvieron a ser los jugadores. Algunos más alegres que otros, aunque todos conscientes de que el ascenso ya es una realidad, pese a que las cuentas no terminen de cuadrar. Los pasillo del hotel jerezano era un ir y venir de futbolistas, directivos, cuerpo técnicos y medios de comunicación. La fiesta tendría que esperar, pero la afición se agolpaba en la puerta. Más de un millar regresaban a las cercanías de Chapín y los jugadores salieron a saludar. Incluso Esteban Vigo, muy cauto en esto de las celebraciones, se unió a los bailes a petición de sus propios pupilos, quienes mantearon al malagueño ante las almas azulinas allí presentes. Sólo un «Esteban quédate» sacó de la aparente tranquilidad al míster, quien se ve en Primera, pero que no quiere celebrarlo «hasta que no sea matemático». No fue más que una de las tantas anécdotas vividas ayer en un día en el que los jugadores no dejaron de recibir felicitaciones y los aficionados no se movían de las puertas del hotel, pese a que los protagonistas ya se encontraban en un almuerzo presidido por Pilar Sánchez.

Sólo queda esperar

Sin embargo, hay que esperar, por lo menos, siete días más. «Se han esperado 62 años para estar en Primera y, por esperar una semana más, no va a pasar absolutamente nada», comentaba Carlos Calvo. Por su parte, Antoñito, que reconocía que «con la tensión del partido no he comido nada y no veas el hambre que tengo», se mostraba «muy contento porque prácticamente estamos en Primera, es cuestión de tiempo, hemos hecho nuestro trabajo y a falta de poco ya estaría hecho». Y es que el sevillano recordaba que «la gente lleva más de 60 años queriendo vivir esto, hay abuelos y bisabuelos deseando vivirlo y gracias a Dios lo vamos a a conseguir».

A las islas

Al Xerez le queda superar un trámite, sacar un punto de nueve, algo que se podría conseguir en Tenerife, lo que sería «tanto para mí como para Aythami algo muy especial», apuntaba el canario Momo. El zurdo quiere cerrar un gran año y reconocía que el grupo estaba «muy contento», ya que «sólo en el caso de no sumar ningún punto nos quedaríamos fuera, ya que no creo que se dé el triple empate». De hecho, el de Las Palmas argumentaba que «la gente sabe que está hecho, nada más hay que verlo».

Y de canario a canario, Aythami dejaba claro que aún guardaba «algo de alegría contenida», exponiendo rápidamente que «casi que está hecho. Es una putada que exista esa posibilidad del triple empate, que nos dejaría fuera, pero no pensamos en eso». En cuanto a la posibilidad de ascender en casa del eterno rival, al de Arguineguín le da «igual dónde ascender, pero que sea pronto». Y otro que lo veía en la mano ayer era un joven jerezano. Portela se mostraba emocionado tras ver a los aficionados en la puerta del hotel y reconocía que «está casi casi casi hecho. Esperemos que para la semana que viene podamos decir que somos equipo de Primera». Y es que, para el canterano, «el fútbol sería bastante injusto de no lograrlo en Tenerife, aunque me conformo con ascender aunque sea en la última jornada».

El cuádruple empate

Ahora toca coger la calculadora y echar cuentas. Sólo en el caso de que hubiera un triple empate final a 78 puntos entre Xerez, Hércules y Zaragoza los azulinos se quedarían en Segunda. Ni el cuádruple empate entre los cuatro candidatos al ascenso ni una igualada entre Hércules, Xerez y Tenerife dejaría a la parroquia azulina sin festejar el salto no virtual a la Liga de las estrellas.

bfernandez@lavozdigital.es