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AÚN 'A LA VENTA'. Uno de los pisos con los que el acusado urdió el engaño seguía ayer en internet.
CÁDIZ

Encarcelada una pareja por realizar, al menos, 21 estafas en la venta de pisos

Luis Manuel G. R. y su cómplice podrían haber obtenido 1,5 millones con hipotecas falsas y entregas a cuenta por viviendas que 'reservaban' a varias personas a la vez

JOSÉ LANDI
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El tercer grupo de la Udyco del Cuerpo Nacional de Policía ha desmantelado la que podría ser la mayor estafa inmobiliaria en la Bahía de Cádiz en años. La denominada Operación burbuja se ha saldado, hasta el momento, con la detención del presunto cerebro Luis Manuel G. R. y de Ana S. G. su pareja sentimental, una protésica dental con clínicas en Cádiz (calle San José), San Fernando y Chiclana. El acusado, ya encarcelado en Puerto II, tiene 33 años. Ella, uno más. Ambos fueron detenidos el jueves pasado tras dejar un reguero de denuncias.

El juez ha dictado prisión bajo fianza por un posible delito continuado de estafa mediante ventas inmobiliarias fraudulentas. Hasta el momento ya están identificados 21 perjudicados, 18 de los cuales habrían entregado en total más de 150.000 euros mediante engaño. Además, la Udyco investiga la posible obtención, por parte de la pareja, de créditos hipotecarios logrados con datos falsos. La cantidad estimada que podrían alcanzar todas las estafas sumadas sería de 1,5 millones de euros, según la Udyco.

Fuentes policiales aseguraron ayer que el número de afectados podría llegar a superar el medio centenar de los 300 clientes que tenía controlados Luis Manuel G. R. a través de anuncios en internet o de las tres inmobiliarias que había regentado, la última de las cuales, llamada RedCasa, estaba ubicada en Sagasta, entre Sacramento y Santa Inés.

Las denuncias comenzaron en verano, de forma aislada, pero se convirtieron en una oleada a partir de enero. La Brigada de Policía Judicial acumuló indicios de una operación de falsa venta de pisos con visos de ser delictiva.

La técnica era simple. Los acusados ofrecían casas en el centro de Cádiz o unifamiliares en la Bahía. Los anunciaban en internet, en algunas de las páginas más populares. Eran viviendas cuyo precio medio nunca bajaría, ni siquiera en los actuales momentos de recesión, de los 200.000 euros. Sin embargo, las ofrecían por menos de la mitad.

A cambio, pedían una señal (de entre 3.000 y 18.000 euros) muy rápidamente, «porque el primero que la diera se quedaba la casa», asegura un afectado. Las víctimas pagaban, pero luego, los presuntos estafadores volvían a pedir idénticas cantidades a otros interesados por la misma vivienda, cuya venta aún se anunciaba en internet.

Los imaginarios compradores, que habían pagado el anticipo, no sabían nada más del vendedor Luis Manuel G. R. ni de Ana S. G. que hacía de gancho presentándose como cliente o enseñando pisos en calles del centro de Cádiz como Torre, San José, Sacramento y Barrié.

Pese a reclamarle el dinero reiteradamente, el acusado nunca lo devolvía. Incluso, llegó a presentar denuncias por amenazas y coacciones contra varios damnificados que solicitaban el reintegro de la entrega a cuenta.