A la alcaldesa de Cádiz

Aprovecho la oportunidad que me da esta tribuna en el diario de mi tierra para ahora que se habla de reactivación de la economía, de proyectos, de inversiones y de celebración de bicentenario no miremos hacia arriba cuando los problemas los tenemos delante mismo de nosotros. Me refiero a la castigada y tantas veces olvidada Avenida Marconi en la cual tenemos que soportar año tras año la humillación de unos saneamientos inexistentes, el bochorno de unos padres y unos alumnos víctimas de unos conductores que entre la desidia y las prisas nos calan hasta el alma, y unos comerciantes y vecinos que hartos ya de tantas promesas no saben dónde quejarse. Ahora que nos anuncian ocho mil millones en inversiones por parte del Gobierno central para los ayuntamientos en obras públicas de las que calculo al Consistorio gaditano le corresponden veintitrés millones de euros a solicitar antes del día treintaiuno de diciembre, se podrían acordar de este trocito de Cádiz del cual llevo ya recogidas alrededor de mil quinientas firmas y que piden a gritos que ya que no me permite personalmente (la audiencia por mí solicitada duerme en algún cajón) explicarle la situación por lo menos piense que tras un paso a nivel, unos túneles y posteriormente un soterramiento nos resuelva un problema que es de todos.