CRÍTICA DE TV

Descalabros

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La noticia del fin de semana televisivo es que Telecinco, quizá por primera vez en los últimos diez años, quedó en cuarto lugar en el ranking de audiencias del viernes, superada por Antena 3, TVE-1 y las autonómicas. Nada menos que 3,1 puntos de cuota de pantalla separaron a Telecinco de la primera plaza. Que Telecinco ceda la primera plaza del viernes a Antena 3 no es novedad, pero sí lo es que TVE-1 y las autonómicas superen a la cadena de Mercedes Milá y Ana Rosa Quintana. Eso es un coscorrón importante. Y el coscorrón alcanza proporciones de descalabro si tenemos en cuenta que Telecinco lleva muchísimos meses siendo la cadena más vista del país sin que su liderazgo pareciera correr riesgo alguno.

Evidentemente, se trata de un tropezón episódico: Telecinco recuperará con toda seguridad el liderazgo en los próximos días, y cabe pensar que seguirá manteniéndolo mientras tenga en pantalla productos líderes como Ana Rosa, CSI, Gran Hermano, etc. Con todo, el suceso no deja de inspirar ciertas reflexiones. Telecinco es una cadena que se caracteriza desde sus mismos inicios por buscar la rentabilidad inmediata a cualquier precio; este no es un rasgo exclusivo suyo, pero ocurre que ese a cualquier precio incluye una osadía sin límites en los contenidos y también una estrategia agresiva hacia la competencia, cualidades que sí se dan en Telecinco con más claridad que en los otros canales.

Grandes males de nuestra televisión como la vulneración de los horarios protegidos, la expansión de telebasura o la contraprogramación siempre han encontrado en Telecinco su asiento. ¿Los demás también lo hacen? Casi todos, sí, pero quien con más éxito ha aplicado el todo vale ha sido Telecinco. ¿Y entonces cabe considerar el tropezón del viernes como un castigo del público a semejante forma de hacer televisión? Me temo que no, todo lo contrario: el retroceso del viernes se debe, en buena medida, a la baja audiencia en prime time de El comisario, una serie discutible en muchos aspectos, pero no en calidad ni en factura. Y podemos sospechar que si Telecinco hubiera colocado ese día y a esa hora cualquier telemuladar de los que ya conocemos, no habría habido tal descalabro. De manera que hay que felicitar a Telecinco por haber retrocedido el viernes: ha sido por una buena causa.