Los galones ya son para Ormazábal

Es la extensión de Javi Gracia en el campo. Está en el Cádiz por expreso deseo del entrenador na-varro y tras unas jornadas titubeantes en la que siempre ha cumplido por encima del aprobado ramplón, Víctor Ormazábal co-mienza a brillar en una demarcación en la que su entrenador ha empezado a exigirle algo más.

Poco a poco, está cogiendo el ritmo a la competición y sus apariciones por el área contraria suelen ser ya habituales. Lleva dos semanas consecutivas elaborando los goles de la victoria (en Sevilla ante el Betis B abrió hacia Ca-ballero para que éste centrara a Rubiato; y en Carranza frente al Écija mandó un balón a Rubiato para que el madrileño se lo bajara a Enrique) como respuesta a las exigencias del nuevo guión que le ha entregado Javi Gracia.

Como por la educación del re-cién llegado, se ha ido haciendo con la batuta del equipo poquito a poco. Comenzó la temporada a la sombra de Fleurquin. Sin em-bargo, a medida que han ido pa-sando las jornadas su figura ha ido creciendo al mismo tiempo que sus llegadas a la portería contraria. Al más puro estilo del organizador que tanto tiempo lleva añorando la afición, el argentino suele comenzar la jugada desde atrás e intenta acompañarla hasta el final. E incluso, dispone de un potente disparo que aún está por explotar en su nueva etapa.

Responder al míster

Ayer estuvo en las tertulias de Punto Radio para, entre otras cosas, dejar claro que Javi Gracia, le ha pedido que dé una vuelta de tuerca más a su rendimiento. Tras esperar un tiempo prudencial para que el jugador formado en Boca Juniors se sintiera cómodo en su nuevo equipo, el entrenador ha creído oportuno encargarle algo más. El medio centro, pese a ser una apuesta de Gracia, no cree que tenga más responsabilidad que sus compañeros aunque desea «demostrarle al míster que no se equivocó al traerme».

La pareja que forma con Fleurquin en la medular se ha consolidado dentro del once y será complicado que no acaben la temporada juntos. Con el paso de las jornadas el dúo sudamericano empieza a entenderse a la perfección. Tanto, que ya hasta se intercambian los papeles a la hora de defender y atacar. «Son circunstancias del partido, si el balón cae por el lado de Fleurquin, será él quien acompañe la jugada mientras yo quedo atrás», explica. Sin embargo, no esconde que por su forma de juego, debe ser él el encargado de sumarse al ataque. Es aquí donde reconoce que en las últimas fechas ha experimentado un cambio. «Por mis características tengo que ser yo el que me descuelgue más». En esta línea, admite que no ha empezado la Liga siendo el jugador ofensivo que su entrenador le pide que sea. «Antes parece que no lo estaba haciendo pero ahora me estoy sintiendo más cómodo para hacerlo, con más confianza y libertad», avisa.

Su presencia en el ataque cada vez es más habitual. No es para menos. En las últimas semanas, y coincidiendo con la mayor presión que los rivales están ejercen sobre la línea de construcción, Ormazábal es una pieza clave. «Estas circunstancias las hablamos de antemano. El míster me dice que debo soltarme un poco más para tratar de tener una mayor llegada. Lo mismo que ha-cíamos el año pasado», recuerda Víctor, que aportó cinco goles en el Pontevedra.

Motivado por su buen momento físico, el gaucho amenaza con probar fortuna más a menudo desde larga distancia como ya hiciera en Puertollano con un balón que envió al travesaño desde 30 metros. «Cada vez que no tengo un compañero al que pasar intento disparar pero muchas veces lo hago cuando no lo tengo claro y viceversa. Creo que tengo un buen disparo y siempre que puedo lo intentaré», manifiesta el medio centro bonaerense.