VUELTA DE HOJA

El salario del miedo

Los expertos en economía, que amplían sus cambiantes sa-beres a costa de nosotros, creen que buena parte de la crisis actual se debe a que la gente ha decidido gastarse lo menos posible. Quizá sea cierto, pero hay que preguntarse por qué los españoles han adoptado esa postura comunitaria. ¿Por ahorrar lo necesario o por restringir lo superfluo?

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Nadie hasta ahora ha llegado a establecer un tratado de límites entre ambas fronteras. Hay cosas necesarias de las que podemos prescindir temporalmente, del mismo modo que hay cosas superfluas que nos resultan imprescindibles. Algunos tratadistas han llegado a la conclusión de que lo estrictamente necesario es lo que necesita el camello.

Por muy jorobados que estemos, no es todavía nuestro caso. En España es mucho peor lo que se espera que lo que se tiene. El pánico al futuro im-perfecto nos está ensombreciendo el presente y ha caído sobre la hipotética cabeza del ministro de Trabajo e Inmigración el fardo de todas las culpas. No digo que haya que ser más bruto que un cerrojo para echarle el cerrojazo a la contratación en el exterior de inmigrantes, pero sí digo que puede hacer más dificultosos los años finales de los pensionistas nativos.

Con las cosas de comer no se juega. El año pasado entraron legalmente en nuestro espasmódico país cerca de un cuarto de millón de extranjeros. No parece probable que quienes cultivan fresones o claveles bajo techos de plástico le estuvieran usurpando un puesto laboral a quienes tuvieron el privilegio de nacer en la comarca.

Los sindicatos y las asociaciones de inmigrantes han protestado, más o menos enérgicamente, contra el Mi-nisterio. Malos tiempos le han caído a don Celestino, pero por otra parte ya era hora de que se recordara que en España tenemos sindicatos.