«Todo aquel al que le guste el riesgo puede ser montañero»

-¿De dónde le vino su afición por este tipo de hazañas?

-Hombre, esto vino derivado, principalmente, de un programa que hubo en televisión y salía César Pérez de Tudela, el famoso alpinista. A partir de ahí me dió por el tema de la montaña.

-¿Lo compagina bien con su trabajo?

-La verdad es que he sido guía de montañas en los Alpes, Marruecos y España. Desde el año 2000, me dedico a una profesión más convencional. Ahora practico los fines de semana y el mes de vacaciones lo dedico a este tipo de actividad.

-¿Puede todo el mundo realizar este tipo de actividad?

-Todo el mundo que le guste y que esté fisicamente entrenado. También es importante la capacidad de sacrificio y de soportar condiciones climatológicas adversas, dificultades técnicas y, sobre todo, que le guste el riesgo que conlleva el montañismo.

-Por lo visto, ha llegado a España hace un mes de un viaje a Sudamérica

-Sí. Subimos al Pisco, que es una cumbre de 5.800 mts. y está en Perú. Esa actividad se podría hacer normalmente en dos días y medio, pero tuvimos un mal tiempo, nos la jugamos a una carta y estuvimos en duras condiciones.

-¿Cuál ha sido el reto que más le ha podido costar?

-Probablemente, sufrimos bastante en el Naranjo de Bulnes en la vía Sueños de Invierno, en el año 1983. Estuvimos tres meses metidos en la montaña soportando condiciones bastante extremas.

-¿Cuál ha sido la aventura más bonita?

-La aventura más bonita para mí fue la del año 1983, la del Naranjo de Bulnes. Creo que esa fue la que me marcó a mí y donde viví realmente el alpinismo de dificultad y las condiciones más extremas en la montaña. A partir de ahí tomé conciencia de lo que es esto.

-Y, ¿ cuál va a ser su próxima aventura?

-La verdad es que hay varios proyectos en mente y muchos pajaritos en la cabeza. No me gusta hablar de estas cosas por si no se realizan. Lo de Perú nos ha salido relativamente bien pero, realmente, tengo muchas cosas pensadas, entre ellas, cruzar Finlandia en esquí.