SECUESTRADOS. Algunos de los pescadores del 'Playa de Bakio' en una foto de archivo. / AFP
ESPAÑA

Tribus somalíes expulsan de su costa a los piratas y les obligan a mover el 'Playa de Bakio'

El puerto utilizado por la flota española en el Índico sufre desde hace años ataques como el del atunero secuestrado

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El atunero vasco Txori Argi atracó ayer en el puerto de Victoria, en la isla de Mahe, en las Seychelles, con la gente bastante desmoralizada. Es el primer barco de los 22 de la flota del Índico, junto a otros diez de bandera local pero propiedad española, que regresa a tierra desde el secuestro del Playa de Bakio, que como el resto tiene aquí su base. Su desembarco fue un desahogo. «Como esto siga así no nos va a dejar volver la mujer ni la familia», dijeron en el muelle.

Varios miembros de la colonia española en el archipiélago relataron ayer telefónicamente el miedo crónico a los piratas con el que viven desde hace al menos ocho años, su hartazgo por el desamparo de la flota del Índico, debido al desinterés de los sucesivos Gobiernos españoles, y su inquietud por el futuro. Más de la mitad del atún que pesca la flota sale de estas aguas, que es con mucha diferencia el caladero más importante, pero los barcos deben afrontar solos a los piratas.

Las cosas, a peor

Las cosas en la costa de Somalia cada vez han ido peor. Siempre ha sido complicado pescar en esas aguas, pues ha habido periodos en los que ni siquiera se sabía a qué autoridad pedir la licencia, y a veces había dos o más, según las divisiones que la guerra creaba en el país.

A partir de 2006 el Gobierno español cortó por lo sano y prohibió entrar en las aguas somalíes. Un sistema de control por satélite, el VMS, capta de inmediato, desde Madrid, si un barco sobrepasa el límite y es multado.

En las islas Seychelles, la flota niega que haya algún barco español que se aventure en aguas somalíes, tratando con las mafias locales. La flota asiática, afirman, es la más conflictiva. Además los seguros no pagan si el barco tiene problemas en la zona somalí. Pero es que últimamente los piratas salen de las aguas territoriales para atacar, como le ha ocurrido al Playa de Bakio.

«Estás vigilando con el radar y aún así se te cuelan con las lanchas, te pillan de noche, parado o faenando, es una tensión constante», lamentan los marinos. En noviembre de 2005, el atunero de Bermeo Playa de Aritzatxu fue perseguido por lanchas de piratas pero consiguió escapar. El 'Playa de Bakio' no es tan nuevo, y tuvo menos suerte.

«Estamos muy preocupados, porque dentro de nada, a finales de agosto, empieza la temporada buena, hasta noviembre, y si seguimos así no sé que va a pasar, se puede perder, porque uno tiene que jugarse la vida», explican en el puerto. Los marineros están atrapados en un dilema: el miedo a los piratas o a un desastre económico. Cobran a porcentaje por tonelada y es en esas fechas cuando «se hace el agosto». «Es arriesgarse o perder dinero», resumen. El principal deseo de la flota es la protección militar, un compromiso serio del Gobierno con los marineros españoles. «Oye, que nosotros, aunque estemos aquí también somos españolitos que pagamos nuestros impuestos, estamos hasta la coronilla de esta situación», protesta uno de ellos.

En su opinión, bastaría con que una fragata patrullara la zona y su efecto disuasorio sobre los piratas sería decisivo. Por otro lado, un buque militar aportaría un servicio médico, la diferencia entre la vida o la muerte demasiadas veces para personas que faenan a tres días de distancia del puerto. «Ya ha habido gente que no ha llegado y se ha quedado por el camino -recuerdan-, cualquier problema serio a bordo puede ser fatal».

Detonante definitivo

De todos modos, quizá el caso del Playa de Bakio sirva de detonante definitivo para una respuesta seria al problema, que seguirá intacto una vez que termine este episodio. Debido a la presión española, la Unión Europea (UE) abordará el martes la cuestión con el fin de impulsar una respuesta de la comunidad internacional, dentro de Naciones Unidas. Será en el consejo de Asuntos Exteriores que se celebrará en Luxemburgo.

Según los datos comunitarios, en los diez últimos años han sido secuestrados en el mundo 3.200 marinos, de los que han muerto 160 y 500 han resultado heridos.