PROTESTAS. La madre de Juan Holgado, Antonia Castro, altavoz en mano, en un corte de tráfico realizado en Alameda Cristina el pasado 22 de noviembre.
Jerez

La penúltima esperanza de los Holgado

La familia del joven asesinado en la gasolinera de Martín Ferrador sigue esperando el fallo del Constitucional

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Es casi medianoche en la calle Porvera. Un miembro de la familia Holgado pega carteles que reivindican justicia por enésima vez. Se esconde agazapado detrás un buzón de Correos. Ha visto pasar por una Alameda Cristina semidesierta a una patrulla de la Policía Local. Ha tenido suerte; no le ve y sigue su camino por Tornería. Nuestro protagonista respira algo más tranquilo y sigue pegando carteles. En una cabina telefónica, en contenedores... Donde hay un hueco va y planta uno.

Lleva colgada del brazo una bolsa de plástico repleta de esos carteles. Son grandes pegatinas en realidad. Dice que tiene 11.000 y que las costea la familia. «Un dineral, pero, aunque nadie nos ayuda, no vamos a parar hasta que se haga justicia con la muerte de Juan», explica. Se refiere a Juan Holgado, el joven asesinado hace ya más de 12 años -el 22 de noviembre de 1995- en la gasolinera de Martín Ferrrador en la que trabajaba. Unos desalmados entraron de madrugada y le asestaron una treintena de puñaladas cobardes. Fue un caso que conmocionó a la ciudad y a todo el país. Llegó a escribirse un libro y a rodarse una película para televisión, esta última titulada Padre Coraje y que le atribuyó a Francisco Holgado, padre de la víctima, un sobrenombre del que aún no ha logrado desprenderse.

El discurso del familiar de Porvera es el mismo que repiten Francisco y Antonia Castro, madre de Juan, en todos estos años: que la investigación policial fue una chapuza, que nadie está interesado en la resolución del caso, que la compañía propietaria de la gasolinera también es culpable de lo que sucedió, que los asesinos siguen en la calle, que los políticos locales son «unos impresentables»... Es como si la repetición sistemática de sus denuncias les sirviese de bálsamo ante tanta rabia contenida por tamaña injusticia.

El Tribunal Supremo desestimó el 7 de noviembre de 2006 el último recurso que, a la desesperada, había presentado la familia y confirmó la absolución de los cuatro hombres que, por dos veces, se habían sentado en el banquillo de los acusados. El siguiente recurso fue al Constitucional. Ha pasado casi año y medio y aún no se ha pronunciado. Ni tan siquiera ha dicho si lo admite a trámite, algo que no debería tardar en suceder, según han señalado a este medio diferentes fuentes judiciales y el abogado de los Holgado, José Miguel Ayllón. Es la penúltima esperanza que le queda a la familia de que se haga justicia. La última será, en caso de que el Constitucional desestime el recurso -algo que parece bastante probable-, el Tribunal Europeo, al que también piensa acudir en caso de ser necesario.

Pero los padres de Juan, Antonia y Francisco, no se resignan a esperar de brazos cruzados los pronunciamientos de las autoridades judiciales. Es común verles por Jerez reclamando Justicia e increpando a los políticos locales en actos públicos. También en la Comisaría de la Policía Nacional preguntando sobre posibles novedades relacionadas con el caso. Insisten en que se reabra la investigación para arreglar el desastre que fue la realizada hace doce años. Y aseguran que los mandos les han dicho que están en ello.

Esa supuesta nueva investigación les ayuda también a mantener viva la esperanza. Sobre todo desde que les dijeron que se están analizando de nuevo las huellas y restos de ADN encontrados en la gasolinera la noche del suceso y que se va pedir nuevas muestras de quienes en su día fueron inculpados para compararlas. Saben que quizá sólo les estén tratando de callar la boca, porque los Holgado son molestos, pero les da igual. Siguen en su lucha.