El presidente de Chad afirma que tiene «el control total» de la situación

El presidente de Chad, Idriss Déby, ha comparecido en público por primera desde el pasado fin de semana, cuando comenzó la ofensiva rebelde sobre la capital, para asegurar que el Gobierno mantiene el "control total" de la situación en Yamena. "Tenemos el control total de la situación, no sólo en la capital sino en todo el país", ha asegurado Dèby en rueda de prensa. "Los cómplices locales han sido capturados, algunos han huido, otros se han ido con los mercenarios", ha señalado.

Asimismo, Déby ha asegurado que Francia no ha estado implicada directamente en la respuesta del Ejército a la ofensiva rebelde y ha acusado al presidente de Sudán, Omar Hassan al Bashir, de haber apoyado a los insurrectos. "Al Bashir ha saqueado este país", ha acusado. "En vez de lanzarse a aventuras que ponen en peligro la estabilidad en la región debería utilizar el dinero que saca del petróleo para solucionar la crisis de Darfur".

Por su parte, los rebeldes chadianos han amenazado con retomar la guerra si el Gobierno no se suma a la tregua unilateral declarada ayer a instancias de los países mediadores en el conflicto por mandato de la Unión Afircana, Libia y Burkina Faso. Abderamane Koulamallah, portavoz del Comando Militar Unificado, ha afirmado que estaban a la espera de la repuesta de los mediadores pero que si el Gobierno no suscribe el alto al fuego "haremos la guerra", después de su retirada "estratégica" del domingo.

Koullamallah, que ha confirmado que las tropas rebeldes se encuentran a una treintena de kilómetros de la capital, Yamena, ha declarado que están "reorganizándose" y preparando una "nueva táctica". También ha informado que esperan la llegada de otra gran columna de refuerzos procedente del este.

Tensa calma en Yamena

La ofensiva rebelde comenzó el lunes de la semana pasada desde el este del país, y con el paso de los días los insurgentes se fueron acercando a Yamena, en el extremo occidental, adonde llegaron el sábado pasado. Rebeldes y soldados regulares intercambiaron un intenso fuego en las calles de Yamena el sábado y el domingo, y la calma comenzó a recuperarse a partir del pasado lunes, lo que permitió a los pobladores de la ciudad salir de sus casas por primera vez en varios días.

Las fuerzas rebeldes consideraron como "táctica" su retirada de Yamena, con el fin de reagruparse y rearmarse, pero anunciaron que tenían intención de regresar, una posibilidad que, de momento, ha quedado en el aire a partir de la tregua unilateral anunciada por los rebeldes. El Gobierno, sin embargo, no considera necesario sumarse a este alto el fuego porque, según sostiene, las tropas insurgentes han sido derrotadas.

En los últimos tres días reina una calma precaria en Yamena, bajo el control del Ejército regular, y no se han registrado combates. El Ejército asegura que ha logrado expulsar a los rebeldes, mientras que éstos mantienen que han establecido posiciones en los alrededores de la capital para permitir la evacuación de la población civil.