GRANJA. Exteriores de las instalaciones de Afana. / JORGE GARRIDO
Jerez

Canca intensifica las gestiones para el cese de actividad en la granja avícola de Afanas

La delegada del Distrito Granja Delicias, Irene Canca, informó a la asociación de vecinos La Marquesa, que preside José Antonio García Cuevas, sobre las gestiones realizadas para poner fin a la actividad de la granja avícola de Afanas. Canca explicó «volvemos a reunirnos con el colectivo con la firme voluntad de poner fin a este conflicto que lleva años enquistado».

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La delegada añadió, sin embargo, que «en este conflicto no hay culpables. Ni los vecinos, que adquirieron en su día su vivienda en La Marquesa, ni la granja de Afanas, que ya realizaba su actividad con anterioridad, ni por supuesto el actual Gobierno municipal. Las tres partes nos hemos encontrado con esta situación, fruto de la nefasta gestión que se hizo en su día».

Irene Canca insistió en que «en esa voluntad seguimos trabajando y apelamos a la cordura de todas las partes para poner fin al conflicto y alcanzar nuestro primer objetivo, que es cesar la actividad avícola de Afanas».

Por otra parte, la delegada aclaró que «seguimos comprendiendo las reivindicaciones de la asociación de vecinos La Marquesa, aunque no creemos que deban utilizarse medidas de presión cuando nos encontramos ya en la recta final del conflicto, puesto que a todas las partes nos une el mismo objetivo».

Cabe recordar que los ánimos andan ya desde hace un tiempo caldeados en el seno de la asociación de vecinos La Marquesa. El motivo de su enfado es el, según ellos, incumplimiento de promesas por parte del Ayuntamiento de Jerez en este asunto. Y culpan de ello principalmente a la alcaldesa, Pilar Sánchez, por la que dicen sentirse «engañados», tal como aseguraban hace apenas tres semanas en un comunicado.

Entonces recordaban que tienen un compromiso firmado y en el que se afirmaba que el 30 de junio pasado se procedería al desmantelamiento de la granja avícola que hay en la zona. El mismo no se ha producido aún y afirmaban que «ya no podemos aguantar más los olores, las moscas, los insectos...». Añadían que no «sabemos lo que respiramos» y consideran que por todo ello peligra su salud. Y lo peor para ellos es que «la granja no sólo no cesa en su actividad, sino que están entrando aún más gallinas».

Pero no eran los únicos motivos de queja para este colectivo vecinal. Es más, su lista de quejas es de lo más extensa e incluyen cuestiones como «la construcción de una gasolinera en terrenos dotacionales», algo que consideran «ilegal» porque estaban destinados a la ampliación de la piscina. También critican otra construcción, en este caso la de la residencia de ancianos, ya que ésta «ocupa parte de nuestra zona verde».

El listado continúa con la petición de una salida a la avenida Juan Carlos I, una mejora de la limpieza pública, una desratización para acabar con la proliferación de cucarachas, la sustitución y plantación de árboles, la conclusión de los espacios públicos inacabados y un largo etcétera.