ANTES DE LA BODA. Ramón Valderas y Paqui Romero, junto a El Juli y su madre.
Jerez

Un peine de altos vuelos

Ramón Valderas ha tenido en su manos los peinados más selectos y llamativos de la boda de 'El Juli' con Rosario Domecq

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Ramón Valderas lleva algo así como treinta años con un peine en una mano y un secador en la otra, plasmando diseños de peinados para personas de todo tipo. En Jerez es toda una institución como peluquero. Por sus manos han pasado las cabelleras más distinguidas de la ciudad y parte del extranjero. «Bueno, menos lobos -subraya con ese cierto toque de humildad que caracteriza a los que saben hablar, tan sólo, con su trabajo-. Me gusta pasar desapercibido. No soy persona que se dedique a cacarear lo que hace en la vida».

Aunque hace años que ha pasado la línea de lo previsible en materia de alta peluquería, Ramón, quizá, ha tocado cierto techo con la pasada boda del matador de toros Julián López El Juli con la jarezana Rosario Domecq Márquez. Excelente escaparate que no buscó, sino que entró un día por su peluquería de la calle Porvenir. «Vino a buscarme la familia de la novia porque ya conocían mis trabajos y mi trayectoria. Aunque lo hemos llevado con total discreción, lo cierto es que hace ya algunas semanas que sabíamos que íbamos a peinar a la madrina de la boda, doña Manuela Escobar, madre de El Juli».

A Ramón Valderas le cuesta trabajo contar la jornada de trabajo del pasado sábado, cuando sobre a las diez de la mañana se personaba en el hotel Palacio Garvey para dar el toque exacto no sólo a la madrina de la boda, sino también a Rocío Mozo, diseñadora de zapatos y novia del hermano del matador, y la propia hermana del novio, entre otros invitados tanto de la familia del torero como de Rosario Domecq. «Tan sólo te puedo decir que hemos quedado muy satisfechos del trabajo realizado; además quiero destacar la encantadora personalidad de doña Manuela, una señora simpatiquísima y muy buena persona», subraya.

Ya se sabe que en la media hora que se tarda en hacer un peinado ruedan muchos comentarios, corren los nervios y sobresale la verdad. Ramón sabe de todo esto un rato y su discreción en torno a los momentos previos a un acontecimiento como éste se los guarda porque ante todo es un profesional. Bellísimo escaparate que, por cierto, ha sido hecho público por expreso deseo de la familia de los contrayentes.

Pero no sólo se circunscribe Ramón Peluqueros a la boda del matador de toros con Dolores Domecq. Nuestro protagonista no para cada fin de semana de trabajar. «Te puedo decir que en la agenda tengo fechas ya ocupadas hasta para 2009. El año que viene, por ponerte un ejemplo, tengo ya más de cincuenta bodas cogidas», dice.

Pautas

Para Ramón Valderas, lo complicado no está en hacer el trabajo propiamente dicho, sino más bien en buscar el peinado apropiado para cada persona. «Para ello, hay que observar el físico y, sobre todo, el traje que se va a lucir. Esto es importantísimo para plantear un tipo u otro de peinado que favorezca más», afirma nuestro hombre.

Ramón Valderas y Paqui Romero, una pareja en el ámbito personal y en el profesional. «Como yo digo -confiesa-, somos pareja de día y de noche». Profesionales que gustan de una labor callada que se expresa a través de sus selectos tocados.