La reinvención del pisado del algodón

Durante la campaña algodonera es habitual ver a operarios subidos encima del camión realizando la pisa del algodón ya cosechado, con el objetivo de bajar el volumen de la carga y poder transportar un mayor número de kilos hasta la desmotadora. Es una práctica ancestral que se sigue haciendo en España pero que ha desaparecido en países como Estados Unidos, Brasil o Argentina, los grandes productores mundiales, donde esta actividad está mecanizada.

De hecho, en estos países, la prensa y posterior enfardado de las balas de algodón se hace con la Round-Baler de John Deere, por lo que el agricultor gaditano David Ortega, junto a sus dos hermanos, ha desarrollado una nueva máquina que elimina la prensa a pie y automatiza también el empaque o enfardado del algodón recubriéndolo con plástico o con hilos de algodón.

«Traer a España una Round-Baler como las que funcionan en Estados Unidos es inviable, primero porque cuesta 680.000 dólares y amortizar esa inversión es impensable. Segundo, porque las dimensiones de la máquina no son compatibles con las carreteras comarcales que tenemos aquí, y tercero porque las balas americanas son siete veces el tamaño de las españolas, lo que complica la recepción en las desmotadoras», explica David Ortega.

Por ello, hace dos años estos agricultores, socios de Asaja Cádiz, se pusieron a desarrollar un prototipo «adaptado a las infraestructuras y extensiones de las explotaciones algodoneras de Andalucía», un proyecto que ha salido íntegramente «de nuestra cabeza y del taller de nuestra explotación», y en el que hasta la fecha llevan invertidos «unos 300.000 euros», señalan.

La máquina Cott-Enfa consiste en «un remolque donde se vierte el algodón que está dotado con un piso móvil, y que alimenta a una rotoempacadora que hace balas de algodón de 500 kilos, por lo que cualquier camión podría transportarla sin problemas».

Otra de las ventajas, según apunta David Ortega, es que «con la nueva maquinaria no es necesario tener el camión en el campo los días que dure la recolección, pues Cott-Enfa iría haciendo las balas que se depositarían en el campo y una vez terminada llegaría el camión sólo para cargarlas y llevarlas a la desmotadora».