TwitterEl enigmático mensaje de Fernando Alonso después de su ruptura con Lara Álvarez

No se ha hablado de otra cosa durante el fin de semana y parece que la noticia es cierta: Fernando Alonso y Lara Álvarez han dado por concluida su relación sentimental después de un año y cuatro meses. El piloto de Fórmula 1 será el último nombre que, de momento, figura en la lista de conquistas de la presentadora de televisión, donde figuran personajes tan destacados como Adrián Lastra o Dani Martínez. Ella para él no será lo mismo ya que al asturiano no se le conocen tantos amoríos.

A primera hora de esta mañana parecía que ambas partes se habían puesto de acuerdo para borrar las imágenes donde salían los dos en sus perfiles de redes sociales.

A las pocas horas se podía ver a la presentadora de «Supervivientes» yendo a liberar toxinas al gimnasio en compañía de una amiga. El fin de semana habrá sido duro, repleto de mensajes, llamadas y tuits para que confirmase o desmintiera la noticia. Aunque el fin de semana del corredor de Fórmula 1 no debe haber sido mucho mejor, sobre todo porque hoy partía hacia Australia para el primer Gran Premio del año.

Por eso, una de las cosas más inquietantes de la resaca de esta ruptura sentimental ha sido el tuit de Alonso, donde ni confirmaba ni desmentía la noticia. El piloto apuntaba a un final abierto, como si uno le hubiera pedido un tiempo al otro o como si realmente los diferencias irreconciliables fueran únicamente un obstáculo temporal. Como si pudiera haber una segunda parte... o no. El tuit, que ya de por sí resulta indescriptible, viene a decir que al piloto le resulta «sorprendente q cosas fáciles y públicas no se de contrasten».

Podría incluso entender las ganas de generar noticias...🙄 pero sigue siendo sorprendente q cosas fáciles y públicas no se de contrasten..😉

— Fernando Alonso (@alo_oficial) 14 de marzo de 2016

Aunque la ruptura ya parece confirmada, sobre todo después de que los dos borrasen las respectivas fotos de sus cuentas de instagram, quizá después de un tiempo prudencial este «arrebato» acabe igualmente en el altar.