La plantilla del Unión Adarve posa para ABC en el campo Vicente del Bosque
La plantilla del Unión Adarve posa para ABC en el campo Vicente del Bosque - IGNACIO GIL

Unión AdarveEl barrio de Madrid que reta a la élite del fútbol

Vecinos y comerciantes del Pilar están volcados con su equipo, el Unión Adarve, que esta tarde en Málaga puede conseguir un ascenso histórico a 2ª división B

Madrid Actualizado: Guardar
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Paco es el «hombre para todo» del Unión Adarve. No juega al fútbol, pero si hace falta echar una mano, allí aparece este vecino, que tiene el honor de ser uno de los primeros en poblar el barrio del Pilar. En esta ocasión, al reclamo de la gesta del conjunto rojinegro, toca dar una vuelta por el barrio con la prensa y Paco, a los mandos de su destartalado Fiat Brava, asume el papel de chófer. «Aquí donde ahora está La Vaguada antes sólo había huertos», rememora, antes de llegar a la panadería de Antonio Cordero, quien encarna sólo un ejemplo de que vecinos y comerciantes de la zona se han volcado para conseguir que su modesta escuadra compita al mismo nivel que equipos que representan a provincias enteras en 2ª división B.

«Si ganan, haremos una empanada o una tarta con el escudo del Adarve», adelanta Cordero desde El Guerrero, establecimiento miembro de la Asociación de Comerciantes del barrio del Pilar, que hace un par de meses puso en marcha una iniciativa para colaborar con el Unión Adarve en su pelea por ascender. «Queremos involucrar a las tiendas del barrio con el equipo», explica Fernando Cifuentes, el presidente, que cede el testigo a Luis Gómez, también presidente, pero del club: «Con esta iniciativa, nos suministran cosas que necesitamos, como agua o frutas para los chavales».

De esto último se encargan desde la frutería Alejandro, donde Jhony Delide, el encargado, explica a ABC que ya han enviado «cestas de naranjas y plátanos, que ayudan en la recuperación». Cerca de allí, Gemma Catalán, directora de la clínica Win Dental, ostenta el honor de ser la pionera en sumarse a esta iniciativa: «Damos un 20% de descuento a los aficionados del club en todos los tratamientos dentales».

«Los comerciantes nos suministran cosas que necesitamos, como agua o fruta para los chavales»

«A ver si así hacemos barrio», espera el presidente del Adarve, que el pasado fin de semana, en el partido de ida de la ronda final de la eliminatoria de ascenso, reunió a más de 1.200 personas en el estadio Vicente del Bosque, a los pies de las Cuatro Torres. Bajo el sol, el equipo pilarista se impuso por 2 a 0 al Atlético Malagueño, dejando el ascenso a la categoría de bronce del fútbol nacional a sólo a un paso. «Y eso que somos el único equipo de barrio entre filiales o conjuntos de capitales de provincia», destaca Cifuentes, quien aún recuerda cómo hace varias décadas, de niño, se despellajaba las rodillas en el campo de tierra del club.

Fútbol modesto

«Nos movemos en la penuria», asevera Gómez, para borrar de un plumazo el glamour del fútbol de barrio, al menos en Madrid. «Hace unos años, el fútbol más modesto era sinónimo de morder el polvo. Todos los campos eran de tierra», lamenta el presidente de un club que aglutina jugadores de diferentes partes de la región. Aún así, estima que el 50% de la plantilla está formada por chavales del barrio.

Este es el caso de David de las Heras, portero, capitán del primer equipo y nacido en El Pilar, quien con 5 años ya militaba en las categorías inferiores del Adarve. «Yo era de los que saltaban al campo de tierra en el descanso para jugar», recuerda alguien a quien ahora abordan otros niños que ven en él un ídolo futbolístico. «El otro día estaba por la calle y un niño se me acercó. Me dijo que no iba a poder ver el partido porque tenía excursión e iba a estar en el autobús, pero también me comentó que le quería decir a su profesora que le dejara verlo porque íbamos a hacer historia», relata un joven que compagina el fútbol con una ingeniería Matemática y con las prácticas en una consultora: «Primero los guantes y después el traje».

En el bar

Sobre la barra del bar tampoco se habla de otra cosa. «Ayudamos siempre que podemos al Adarve y ahora con la fase de ascenso se habla muchísimo del tema», asegura Alejandro Cuevas, propietario de la taberna Olé Tú, donde son habituales los corrillos de vecinos haciendo pronósticos para el encuentro de hoy. «Todo el barrio está con camisetas rojas y yo me quedo con que queden 1-1 sin pasar apuros. Los chavales se están dejando la vida», replica el camarero, consciente de que así, los futbolistas del Adarve harían buena la renta del partido de ida.

También se decanta por el empate Sergio González, vecino del barrio, quien valora «el sacrificio de estos chicos, que corren bajo el sol a 40 grados»: «El ascenso sería un premio para ellos y para la directiva». Y también, por qué no, para un barrio entero en el que, además de comerciantes que ceden fruta, pan o ropa deportiva, también hay gente como Paco, que esta tarde, desde las seis, no quitará ojo a lo que hace su Unión Adarve, que está a un paso de poner a un barrio histórico de Madrid en el mapa del fútbol español: «Sería impresionante que lo lograran», sueña Paco.

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