Podemos propone subir los impuestos a los carburantes

Podemos está preparando su programa económico para las elecciones generales y, como ya hiciera en el que elaboró para los comicios autonómicos introduciendo «ecotasas», apuesta por transformar el modelo energético español y acabar con la dependencia de las importaciones del petróleo.

Para ello, ha encargado al economista norteamericano Robert Pollin, exasesor de Barack Obama y codirector del Instituto de Investigación de Economía Política de la universidad de Massachusets, un plan de «energías limpias» que tiene como objetivo aumentar «drásticamente» el gasto en renovables y reducirlo, también drásticamente, en combustibles fósiles.

Según aseguró el propio Pollin ayer en rueda de prensa junto a los dirigentes de Podemos Íñigo Errejón, Carolina Bescansa y Nacho Álvarez, el modelo supondría una inversión del 1,5% del PIB durante veinte años, lo que se traduce en unos 15.000 millones de euros anuales.

De esta cantidad, el Estado tendría que invertir unos 3.750 millones de euros y el resto provendría de la inversión privada. De hecho, Pollin recomendó al próximo gobierno español, «sea quien sea», que se creen «incentivos sólidos» para que el sector privado asuma parte del gasto de estas energías alternativas.

Para financiar el desembolso de las arcas del Estado, Pollin propone subir los impuestos medioambientales -que actualmente suponen un 1,4% del PIB, por debajo del 2,5% de la media europea-. En concreto, sostiene que hay que elevar el impuesto sobre los combustibles fósiles. Es decir, subir el precio de la gasolina «para que se gaste más en energía limpia», en palabras de Pollin. Además, España podría reducir las emisiones de CO2 de 6,5 toneladas a 1,7 cada año.

Una tercera parte de los 15.000 millones de inversión iría destinada a mejorar la eficiencia energética de edificios, transporte público, industria y a la mejora de la red eléctrica.

Creación de empleo

Pollin calcula que, tras un año de aplicación de este programa, se crearán 320.000 empleos. Precisamente, se podrá recolocar a los desempleados del sector de la construcción en la rehabilitación de edificios -convertirlos en energéticamente eficientes-, que en primer lugar se llevaría a cabo en los de titularidad estatal. «Cuando se hace esto, se ahorra dinero de los contribuyentes» en el mantenimiento de los inmuebles, por ejemplo. Por ello, el economista sostiene que, a largo plazo, el programa puede «autofinanciarse», gracias a la reducción de importaciones energéticas.